Con esta película se inicia una saga palomitera pero con un hilo conductor que ha conquistado al público, siendo novedoso en el campo del cine de terror. Un joven tiene un sueño premonitorio apocalíptico en el que se produce un accidente o desastre y en que muere con todos sus amigos. Su corazonada le salva a todos, pero poco a poco la muerte les va persiguiendo.

Resulta curioso ver cómo están montadas algunas escenas en las que parece que los objetos cobran vida o que hay algún espectro en la habitación.Y la mayor parte de las muertes suceden de forma imprevisible, de manera que algunas de ellas tienen lugar de forma distinta a la que parece sugerirse durante tales momentos.

La primera parte de la película dura la tercera parte de la misma y en ella se centra la historia en el accidente del avión, la supervivencia del grupo de amigos al bajarse de él y el sueño premonitorio del protagonista. En ese tramo el ritmo es lento y quizá dura demasiado, pues no se aprovecha del todo el introducir reflexiones sobre si todos tenemos un destino marcado o podemos cambiarlo. Es más, conforme van produciéndose muertes se introducen más pareceres como el del siniestro empleado de la funeraria.

Una película sin más historia que su planteamiento original, pero que no se acompaña con unas interpretaciones demasiado destacables y tampoco de un guión algo más trabajado de lo que finalmente se nos expone. Eso sí, con la salvedad de esos momentos en que la muerte interviene.