Después de los clásicos monstruos, la Universal lanza de la mano de Jack Arnold a la criatura de la Laguna Negra en una película propiamente de terror con suspense. El matiz dramático queda a un lado ubicándose esta obra en las típicas historias de un grupo de personas que quiere capturar a un ser diabólico y éste se cobrará víctimas. Una fórmula que con el tiempo se ha explotado, pero no en el año de la presente película.

En un primer momento no se nos muestra el aspecto de la criatura, sino sólo su garra acompañándose su exposición de una melodía inquietante. Sintonía que no dejará de escucharse en cada momento que la cámara enfoca parcial o totalmente al monstruo.

El diseño de la criatura está muy bien trabajado, teniendo en cuenta que existen no pocas películas posteriores que aplican una caracterización y vestuario bastante tristes. También se cuida la ambientación y movimientos bajo el agua. Escenas en las que evidentemente no existen diálogos pero sí momentos de tensión. A estos aspectos formales, se les añade un guión consistente. En el que el grupo poco a poco es consciente del peligro de su investigación y la captura del monstruo pasa a ser a la vez su objetivo y riesgo para la tripulación.