La segunda parte de la adaptación de la obra literaria de Carroll ha sido igualmente sacudida por la crítica y tiene una nota media muy modesta. Sin embargo, la impresión que deja tras su visionado es más positiva que la anterior. De hecho es más entretenida al introducir un argumento mucho menos conocido y que juega con los viajes con el tiempo. Conociendo importantes detalles de varios de los protagonistas secundarios en cuanto a su vida familiar. Que, todo se ha dicho, vuelve a participar el cuarteto con los mismos actores después de 6 años del estreno de la primera parte.

Algunos de esos personajes ha evolucionado considerablemente, aunque algunos algo más por quien lo encarna que por el guión. A Wasikowka se le nota mayor madurez y experiencia y es quien toma las riendas del protagonismo que perdió en su momento. Puede (y sería muy cierto) que en la película anterior se le presentara como una joven inocente, pero carecía demasiado de carisma. Aquí es más aventurera. El sombrero loco pasa a un segundo plano pero sigue siendo importante para la búsqueda objetivo de la película. Como nuevo, tenemos a un Sacha Baron Cohen que interpreta al antagonista con su habilidad para desenvolverse en este tipo de papeles, pero tampoco con extrema brillantez.

Por lo demás, unos efectos especiales extraordinarios, a la par que en la anterior película.aunque no centrados en el mundo de color de las Maravillas.