Se han hecho infinidad de remakes, pero todo tiene un comienzo y es con esta película. No tiene los efectos especiales de esas películas posteriores, pero sí mayor encanto. Con pocos medios y a pesar de que hoy día quede su imagen algo desfasada, constituye una obra esmerada en ofrecer una aventura para todos los públicos.

La ambientación de la época del siglo XIX se halla muy cuidada, especialmente en el vestuario. También los escenarios del centro de la tierra, con unas acertadas inserciones de reptiles a modo de dinosaurio. Se nota su ampliación, pero no se hace de forma cutre (con muñecos) sino bastante digna (reptiles auténticos). Las interpretaciones, por el contrario, no son demasiado destacables.

La duración es de 2 horas, un metraje apropiado para el cine de aventuras. Sin embargo peca de que algunas escenas se alargan demasiado o se insertan a modo de relleno, sin que aporten demasiado. Es lo que hace pensar que en términos prácticos hubiese venido mejor una menor duración. Además, la historia se divide en dos partes y la primera puede hacerse un poco larga (previa al comienzo en sí de la aventura).