David Lynch llevó a la gran pantalla la historia real de Joseph Merrick. Muchos, cuando vimos esta película, ignorábamos que la historia relatada había sucedido en realidad. Se aplica una cuidada fotografía en blanco y negro para retratar mejor a una sociedad del siglo XIX, que ya de por sí está muy bien lograda en vestuarios y escenarios.

La biografía dramática del hombre elefante nos contrapone un hombre inteligente, dulce y lleno de emociones frente a una sociedad egoísta, carente de empatía, amante de las apariencias y el qué dirán y enormemente contraria al diferente. Son los auténticos monstruos, que no vacilan en reírse y aprovecharse del protagonista para someterlo a escarnio y espectáculo público.

La caracterización de Hurt como Merrick es sencillamente asombrosa. Podemos ver fotografías del auténtico y comprobar como se ha mimetizado al detalle el complejo cráneo deformado e incluso los bultos en su espalda. Por otra parte, podemos ver a un Hopkings relativamente joven como el hombre que trata de ayudar a Merrick, al margen de otros personajes que se van añadiendo y tomando partido en la situación del protagonista. Momentos buenos y momentos duros que no cesan en una vida muy complicada.