Nueva repetición de la fórmula que trajo el éxito en las dos películas precedentes y que en esta vuelve a obtenerlo de forma relativa, puesto que la única novedad es que las muertes son algo más gore que en esas obras precedentes. También algo surrealistas y hasta absurdas, que a fin de cuentas es con lo que el público más disfruta. Sin embargo no se encuentran tan bien organizadas como en la película anterior, a excepción de la primera de estas muertes. Por lo demás, el guión es muy convencional y comienza a estar muy trillado: premonición del accidente, estupefacción ante su suceso, reflexión y muertes una detrás de otra. El siniestro en la montaña rusa está muy bien ejecutado en cuanto a sus efectos especiales, implicando como siempre el mayor esfuerzo en la construcción de las escenas.

En cuanto a los personajes, la mayoría de ellos son egoístas o chulos que de alguna manera van recibiendo su merecido de forma muy cruel. No tiene más historia esta película, sólo que gustará a los fans de la franquicia sin ser ninguna maravilla pero en todo caso superior a la nefasta cuarta parte que vendría después.