Hace tres años hice una crítica hacia esta serie pero he tenido que borrarla para rehacerla. Pongo un 10 a Glee y no soy justa ni objetiva, y nunca lo podré ser con esta producción. Soy muy consciente de que sus tres últimas temporadas son un despropósito… pero es que Glee ha conectado conmigo de una forma impresionante.

No puedo sino darle las gracias al señor Ryan Murphy y a todo el reparto por enseñarme que nunca hay que dejar de luchar por tus sueños. Se que a muchos le parece una serie cutre, otro High School Musical, la típica americanada, tonterías. Cualquiera que se haya parado a ver dos episodios se da cuenta que precisamente es una parodia de las producciones americanas, Glee se ríe de las animadoras, de las castas en el instituto, de las hormonas, del sistema americano. Glee en sus inicios era una serie fresca, un producto original, para toda la familia, yo la he visto con mi madre y nos encanta a las dos, en un mismo episodio cantan grandes clásicos y temas actuales, y no necesitan mezcladores, ni autotunes porque todos los actores tienen unas voces espectaculares. Se que ha tenido muchos altibajos, pasar de 10 millones de espectadores en sus primeras temporadas, a 2, lo corrobora, pero Glee ha marcado tendencia mundial, y es una tontería decir lo contrario.

Will Schuester es un profesor con una mierda de vida hasta que decide reabrir el desaparecido Glee Club. El Glee Club es el coro, y algo así como la actividad más antipopular a la que te puedes apuntar, así que solo se apuntan los más pringaos del instituto: El paralítico, la negra con sobrepeso, la china gótica y tartamuda, el mariquita, y la petarda con sueños pretenciosos. El proyecto es un desastre y están a punto de tirar la toalla, pero entonces aparece Finn Hudson. Finn es uno de los chicos más populares del colegio, es el quarterback, y uno de los pocos que piensan que hacer deporte y cantar en el coro no está reñido. Porque solo se necesita una persona que no tenga miedo para cambiar las cosas, y él es esa persona, el es el líder. Y gracias a él consiguen convencer a otros chicos de enorme talento para unirse a ese equipo de inadaptados. Les insultan, les pegan, se meten con ellos hasta la saciedad, pero no importa porque a pesar de todo, tienen esa aula de canto donde pueden ser ellos mismos. Porque Glee va de eso, de ser tu mismo, de perseguir sueños, de no tener miedo a apuntar alto. Los del Glee Club son más que amigos, son una familia, y cualquiera que haya seguido la serie hasta el final se siente parte de esa familia, se alegra por sus triunfos y llora sus perdidas. Da igual que les jodan la vida porque siempre van a tener la sala de coro y a 10/15 personas dispuestas a dar la cara por ellos.

Porque Glee comenzó con la lucha de un profesor porque las artes tuvieran la misma importancia que los deportes. El arte no es un hobbie, el arte puede llegar a ser una profesión como otra cualquiera si tienes talento y te esfuerzas, gracias señor Schue por esa enorme lección, ojala la mitad de los profesores tuvieran su pasión por la enseñanza.

Gracias Glee, por unos personajes tan maravillosos, por unas canciones que llegan al alma, por tantas y tantas lecciones de tolerancia y respeto. Estaba deseando que acabaras, las tramas absurdas y sin sentido de las últimas temporadas hacían hasta daño, no eras ni una sombra de lo que fuiste, te estabas destruyendo a ti misma… pero ahora que te has ido, joder, como te voy a echar de menos.