291 capiítulos en los que los niños, niñas (y no tan niños) experimentamos muchos de los sentimientos que luego experimentaríamos con otros animes: enamorándonos de personajes inocentes, reafirmando nuestros sentimientos de amistad y sacrificio.
Probablemente el primer y más espectacular shonen que vivimos, porque tal vez luego aparecieron obras maestras como Full Metal Alchemist: Brotherhood, pero el mensaje era distinto o tal vez es demasiado adulta y no tuvo tanta fama como la serie que nos compete.
De hecho, demasiadas series actuales son demasiado infantiles y subestiman a los niños (más que nada los occidentales) tal vez por eso se ha bajado la puesta de traducciones de buenos japonés. Sin embargo, las series japonesas poseen una constante: enseñanzas; que ya sn parte del folclore nipón.

Punto en contra: el relleno o alargamiento de los momentos de tensión. No me molesta si entre algunos capítulos se introducen situaciones graciosas o curiosas (me viene a la mente las clases de conducción que toman Gokú y Pícoro (versión latina). Lo que me lleva a las geniales versiones de las canciones de opening y ending versionadas por en Méjico. Dragon Ball Kai acaba con el relleno y agrega calidad, solo el tiempo dirá si será para bien, o si el mismo le terminó danddo identidad a este shonen.

Obviamente que en una serie tan extensa hay alti-bajos, hay sagas mejores que otras.

Sólo queda destacar ese sentimiento de "puedo cambiar las cosas" que transmite cada shonen (cada uno con su nivel de eficiencia). El carismático diseño de los personajes de Toriyama.