16 de enero de 2010
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de la plasmación de una pesadilla aberrante que tuvo el director después de sufrir un accidente de tráfico en forma de fábula llena de metáforas.
No hay mucho que contar o revelar sobre la trama, simplemente hay que experimentarla, y no verla, que es diferente, puesto que cuando la estamos viendo creemos ver cosas que quizás no aparezcan e incluso oírlas.
Muy interesante el filtrado granular monocromático utilizado para lograr darle un aura terrorífica, y la "banda sonora", prácticamente inexistente pero cruda.
El movimiento torpe y repetitivo de los actores consigue que nos "rayemos" y acabe sacándonos de quicio la tensión que genera esperando algún típico susto, pero no, esto no es un clásico del terror.
Advertencia, deja resaca unos cuántos días...
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