Una historia ya varias veces contada en el panorama cinematográfico...

La humanidad ha sido borrada de la faz de la tierra, sólo un hombre permanece parapetado en la desértica ciudad de Nueva York... totalmente solo, pero únicamente durante el día, al caer la noche, aquellos que fueron humanos salen de las tinieblas para alimentarse, una raza de "vampiros" con la que ha de convivir, de la que ha de sobrevivir y contra la que ha de combatir.

Protagonizada por un omnipresente Will Smith y firmada por aquel que nos trajera a "Constantine" a la gran pantalla viene este film que, a todas luces, resulta una decepción.

Pese a que se nota su alto presupuesto, se ve totalmente desperdiciado, hay algún plano brillante, pero vacío, carente de emoción... los vampiros, si bien tienen un diseño que no está del todo mal, suenan a "ya visto", la historia se desarrolla a trompicones, desorganizadamente y el abismo de locura en el que va cayendo el protagonista lo único que provoca es cachondeo... y no pienso que fuera la original intención ni de su autor ni de su intérprete, pero es lo que en esta versión ocurre.

Con unos diálogos catastróficos y unos saltos de guión bastante incoherentes, nos pasea por situaciones del todo inverosímiles y nos hace escuchar conversaciones (el tema religioso y lo que se habla de él es para partirse) que hacen que te preguntes qué haces viendo esa película... y el final, sin comentarios, una mala jugada se remata de malas maneras.

En conclusión, un film que prometía pero del que es mejor abstenerse.
Enoch