Haz click aquí para copiar la URL
Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe · Villacanicas del Hoyo
Voto de McCunninghum:
10
Fantástico "Wavelength" ("Longitud de onda"), es un viaje a través de una habitación con ventanales, un deslizamiento a través del tiempo cinematográfico (distintos tiempos, luces, texturas), un viaje que incluye una muerte y finaliza en una imagen inmóvil: una foto del mar. El deslizamiento es físico (óptico) y metafísico, y la nave es aquí un zoom virtual hacia delante (en realidad es fragmentario y no exacto) y un sonido progresivamente agudo, ... [+]
27 de abril de 2010
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Primera Sequía. El desierto interior: la metáfora.


Antes de pasar a la travesía desértica, y hablar con Blumenberg “desde la perspectiva de la retirada de las grandes expectativas” y seguir poniéndonos escatológicos y arenosos, un apunte acuático.
La última gota aparece henchida, grávida como un océano, y tiene dos caras. Ambas ilustran el proceso inverso a la liquidación sociopolítica puesta en boga por Bauman y otros, mostrando una transición líquido-sólido que clarifica el carácter frenológico de nuestras pesquisas: el Espíritu (el Cinematógrafo) es un hueso. La representación se hace re-producción al hacerse cal, sal o arena: cuerpo. El cine moderno (tardo, post o re) es el cine de los cuerpos y no el de las sombras proyectadas. Las imágenes acuáticas que proponemos son exordios del espacio sin vida, sirven para realizar un fundido previo al Último Plano.
En 1967, el terrorista-cineasta Michael Snow proponía en Wavelenght un travelling frontal de más de cuarenta minutos en el que avanzábamos por un cuarto hasta un primer plano de una fotografía clavada en la pared. En la parsimoniosa secuencia aparecían algunas figuras humanas con atisbos de hacer algo: abren armarios, se mantiene una conversación telefónica. Intentamos desentrañar una trama incluso, también en la ventana por la que vemos moverse máquinas con ruedas y otras figuras humanas. Pero no pasa nada. El plano finalmente enmarca la fotografía en la pared, deteniéndose: un océano congelado, pleno de ondas, parece moverse ante nuestros ojos. Si hemos conseguido atravesar el cuarto, esta imagen lo que nos dice es que no hay nada que mirar. Nos dice que hay que cerrar los ojos para ver. Es la cara occidental de la Última Gota donde, quizá inanemente, buscamos una dirección, una respuesta a la pregunta crítica.

(continúa en Solaris)
McCunninghum
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow