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Voto de McCunninghum:
8
6,7
66.781
Bélico. Acción. Thriller. Drama
En Irak, una unidad de élite de artificieros norteamericanos actúa en una caótica ciudad donde cualquier persona puede ser un enemigo y cualquier objeto, una bomba. El jefe del grupo, el sargento Thompson, muere en el transcurso de una misión y es sustituido por el impredecible y temerario sargento William James (Jeremy Renner). Cuando falta poco para que la brigada sea relevada, el imprudente comportamiento de James hará que dos de sus ... [+]
2 de abril de 2010
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando muchos vimos por vez primera The hurt locker hace algunos meses, a nadie se le hubiera ocurrido pensar que la cinta de Kathryn Bigelow llegaría hasta donde ha llegado, recibiendo el Oscar a mejor película y a mejor dirección, entre otros. Y ello no por la falta de bondades del filme, que son muchas, sino por la forma con la que se nos presenta. Pues, que duda cabe, esta es una película que no puede sino decepcionar a aquellos que quieran ver en ella el nuevo gran film bélico sobre la guerra de Irak, como tuvieron su gran film bélico sobre Vietnam en la segunda parte de La chaqueta metálica (87) de Stanley Kubrick o su gran film bélico sobre la 2GM en la primera mitad de Salvar al soldado Ryan (98) de Steven Spielberg. Quiere la cronología y la necesidad de espectáculo picnoléptico que esta década produzca su mito fílmico sobre Irak. Las tentativas de Syriana (05) de Gahan, Jarhead (05) de Mendes o Redacted (07) de De Palma no resultaron convincentes para el gran público. Ninguna de ellas logró hacer de Irak ese gran escenario. The hurt locker (como la recién estrenada versión de Bourne en Irak, Green Zone, de Paul Greengrass) y he ahí la decepción, tampoco lo logrará.
La de Bigelow no es una película sobre Irak. Rodada en Jordania, de lo que en ella se trata es de la guerra como paisaje mental (o como droga, reza el primer intertítulo), y por ello el lugar físico de la contienda es intercambiable. Lo que trasciende, y lo que interesa a Bigelow y a Mark Boal (el escritor-coproductor de la película y también reportero de guerra en Irak) es la psicología de los personajes y sus relaciones entre sí como grupo. Para ello, se nos contarán los últimos 38 días en una Unidad de desactivadores de explosivos conformada por tres soldados: el Héroe, el Negro y el Joven. El Héroe, el sargento William James (nombre del fundador del movimiento filosófico del Pragmatismo Americano), llega a suplir al recientemente fallecido Thomson (Guy Pierce en una aparición –sí, estelar- que, como la de Ralph Fiennes, no llega a los cinco minutos, mostrando con ironía el oxímoron de una ganadora que sacrifica sus estrellas).
(sigue en spoiler)
La de Bigelow no es una película sobre Irak. Rodada en Jordania, de lo que en ella se trata es de la guerra como paisaje mental (o como droga, reza el primer intertítulo), y por ello el lugar físico de la contienda es intercambiable. Lo que trasciende, y lo que interesa a Bigelow y a Mark Boal (el escritor-coproductor de la película y también reportero de guerra en Irak) es la psicología de los personajes y sus relaciones entre sí como grupo. Para ello, se nos contarán los últimos 38 días en una Unidad de desactivadores de explosivos conformada por tres soldados: el Héroe, el Negro y el Joven. El Héroe, el sargento William James (nombre del fundador del movimiento filosófico del Pragmatismo Americano), llega a suplir al recientemente fallecido Thomson (Guy Pierce en una aparición –sí, estelar- que, como la de Ralph Fiennes, no llega a los cinco minutos, mostrando con ironía el oxímoron de una ganadora que sacrifica sus estrellas).
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spoiler:
A lo largo de su estadía, el sargento James irá resolviendo misiones una tras otra, demostrando que es un héroe sin parangón, al tiempo que un gran compañero (del Negro) y un gran protector y maestro (del Joven). Pero estas misiones son totalmente antiespectaculares: esto puede causar el sopor de los spídicos, pero el trabajo de un desactivador es sobre todo un trabajo de calma y autocontrol. Análogamente, las secuencias se suceden con ritmo, y están rodadas en un estilo reportaje con gran habilidad, con constante movimiento de la cámara sobre el hombro y con zooms, pero las grandes escenas transcurren con una parsimonia indescriptible, muy afín al tiempo bélico real pero que puede jugar a la contra en esta su representación cinematográfica. Esto le lleva a Bigelow, en ocasiones, a una estilización rayana a la estética de los videoclips de Chris Cunninghum, y en otras a una maravillosa delectación del tiempo fílmico, como ocurre en la escena ecuatorial del filme, una secuencia de un enfrentamiento a distancia dilatada hasta casi los 15 minutos.
Película sobre hombres-soldado como el Beau Travail (99) de Claire Denis, The hurt locker deja a un lado sus cuerpos para indagar en sus actitudes: en el acojone obsesivo del Joven, que sólo piensa en la muerte mientras juega al Call of Duty 4, en la hombría a lo como Bush manda del Negro, que le lleva a desear la muerte del Héroe, o en éste mismo, cuyo valor es sólo fruto de su falta de raciocinio. Soldados yanquis muy lejos de sus casas (cowboys en el espacio, parafraseando a Eastwood, referencia no señera del film), sí, en la tierra hostil del título español (pero es que los distribuidores deben ser seguidores de Carl Schmidt y su teoría de la invención necesaria del enemigo), que a su alrededor sólo ven un desierto que llenarían de césped, niños y adultos que son idénticos entre sí, delatando una xenofobia muy naturalizada (a lo Schmidt y a lo Huntington, pero también a lo Gila), al tiempo que la gran inutilidad de todas sus operaciones, todas sus misiones, llámense “Libertad” o “Victoria”. En el fondo, parece decir Bigelow, eso es la guerra al estilo americano: ocupación de un territorio desconocido, pero también un puñado de jóvenes drogados hasta no poder más o no desear otra cosa.
Epílogos: El Héroe en el supermercado. La responsabilidad de elegir entre unos Cheerios® o unos Nesquik®, de amar a tu mujer y tu hijo, no valen nada frente al subidón de desmantelar una bomba, de encañonar la sien de un árabe. Al final, al soldado, al ya/onqui, sólo le queda una cosa para amar. La guerra.
Barbra Streissand entrega el primer Oscar de la historia a la mejor dirección a una mujer, Kathryn Bigelow. Ella, que realiza películas en donde no aparece ni una sola mujer, es la ex de James Cameron, vencido en la ceremonia. Pero esta es otra guerra.
Película sobre hombres-soldado como el Beau Travail (99) de Claire Denis, The hurt locker deja a un lado sus cuerpos para indagar en sus actitudes: en el acojone obsesivo del Joven, que sólo piensa en la muerte mientras juega al Call of Duty 4, en la hombría a lo como Bush manda del Negro, que le lleva a desear la muerte del Héroe, o en éste mismo, cuyo valor es sólo fruto de su falta de raciocinio. Soldados yanquis muy lejos de sus casas (cowboys en el espacio, parafraseando a Eastwood, referencia no señera del film), sí, en la tierra hostil del título español (pero es que los distribuidores deben ser seguidores de Carl Schmidt y su teoría de la invención necesaria del enemigo), que a su alrededor sólo ven un desierto que llenarían de césped, niños y adultos que son idénticos entre sí, delatando una xenofobia muy naturalizada (a lo Schmidt y a lo Huntington, pero también a lo Gila), al tiempo que la gran inutilidad de todas sus operaciones, todas sus misiones, llámense “Libertad” o “Victoria”. En el fondo, parece decir Bigelow, eso es la guerra al estilo americano: ocupación de un territorio desconocido, pero también un puñado de jóvenes drogados hasta no poder más o no desear otra cosa.
Epílogos: El Héroe en el supermercado. La responsabilidad de elegir entre unos Cheerios® o unos Nesquik®, de amar a tu mujer y tu hijo, no valen nada frente al subidón de desmantelar una bomba, de encañonar la sien de un árabe. Al final, al soldado, al ya/onqui, sólo le queda una cosa para amar. La guerra.
Barbra Streissand entrega el primer Oscar de la historia a la mejor dirección a una mujer, Kathryn Bigelow. Ella, que realiza películas en donde no aparece ni una sola mujer, es la ex de James Cameron, vencido en la ceremonia. Pero esta es otra guerra.