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España España · Granada
Voto de angel:
9
Drama Cuatro sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de Mónica, una monja cuidadora. Los curas están ahí para purgar sus pecados y hacer penitencia. La rutina y tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un atormentado quinto sacerdote, y los huéspedes reviven el pasado que creían haber dejado atrás. (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2022
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Creo que a estas alturas todos, o casi todos, sabemos que la Iglesia es una de las instituciones más privilegiadas del mundo, así como también casi todos sabrán de la existencia (aunque creo que no serán precisamente pocos los que tratarán de negarlo inútilmente) de escándalos y podredumbre que la misma trata de ocultar a toda costa (casos de pederastia por parte de curas, robos de niños recién nacidos...), y esta película chilena nos ofrece un sórdido, siniestro y estremecedor retrato de esa parte tan escandalosa y podrida de la Iglesia.

La película nos lleva a un aislado pueblo marítimo de Chile, donde conviven en una casa cuatro curas que fueron excomulgados y llevados allí por la Iglesia como penitencia por sus pecados, y vive con ellos una monja que se dedica a vigilarlos (más bien a hacerles de ama de casa, básicamente), pero tras la llegada de un quinto cura, tendrá lugar un fatídico acontecimiento que traerá a la casa a un sexto cura que pondrá patas arriba el orden que estaba establecido en la misma.

Se trata de una obra siniestra, turbia, estremecedora y perturbadora en la que a través de un ritmo pausado pero atrapante y un tono frío, seco, aséptico y sin artificios, nos presenta a un grupo de personajes que malinterpretaron y pervirtieron los mensajes de la Biblia y los usaron a su favor y conveniencia siendo retratados con humanidad sin convertirlos en monstruos caricaturescos, pues les da voz, debilidades, motivaciones y carácter, lo que los hace más terroríficos, pues precisamente no te esperarías que hombres como estos fueran capaces de hacer las cosas que dicen que hicieron (y encima también justificarlo), siendo su gran acierto hacerlo de forma completamente objetiva, sin discursos ni juicios morales, haciendo al espectador el único juez de este sórdido e inquietante relato en el que ninguno de los personajes (ni siquiera la aparentemente simpática y afable monja) está libre de culpa, porque como dijo Él: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Y también me parece un gran acierto que nunca se nos muestren los abusos, pues no es necesario, lo podemos intuir con toda claridad porque vemos sus consecuencias en el presente.

Y todo eso coronado por unas soberbias interpretaciones (aunque para los no habituados al acento chileno, como yo, se nos pueden hacer algo difíciles de seguir algunos diálogos, aunque en general no se siguen con excesiva dificultad), una sobresaliente banda sonora y una fotografía y estética de tonos azules y apagados que le dan un aire muy invernal y sombrío que casa muy bien con el tono general, nos da una de las mejores películas que yo haya visto de Latinoamérica.

Un saludo.
angel
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