Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de emecege:
9
Drama Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
17 de noviembre de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi chica dice que pasar el resto de su vida con el saxofonista -en una época en que una tiene que aceptar una oferta de cualquier Grey de andar por casa como algo digno de considerar- tampoco era un calvario tan grande. Pero mi chica no cuenta como público objetivo porque no solo sabe quién es Coltrane sino que además le gusta. Desde esta perspectiva "terrenal" se corre el peligro de pensar que una propuesta como esta -cinematográficamente bellísima, radical, arriesgada (esos personajes cortados por el ombligo situados en una habitación de paredes altísimas que parece convertirse en el fondo de un pozo). a mitad de camino entre Dreyer y Kieslowski, o entre el cine franes de los sesenta y el japonés de los cincuenta, o entre "El silencio" y "Easy Rider", qué más da, pero sin deberle demasiado a nada ni nadie en particular- podría haberle entusiasmado (la propuesta, la película, digo) al mismísimo Rouco Varela, señor mío jesucristo, lo que tenemos que aguantar.
Yo es que ni siquiera veo el film como algo relacionado con la religión: Ida brilla inmensamente más hermosa con su melena pelirroja al viento -¡qué hermosura una pelirroja en blanco y negro!- que con esa amarga toca en el más triste estilo socialrealista, de eso no hay la más mínima duda, pero el ser humano es complejo y a veces expresa su complejidad.
Ida ha experimentado, tras una vida entera de encierro y autoanulación, la experiencia más dramática y desestabilizadora que se puede imaginar: descubrirse otra persona. Eso tiene por fuerza que transformarla. En ese estado de shock es imposible imaginar cuál puede ser su reacción. Por qué elige Pawlikowski, por ella, el regreso al convento. la opción menos comercial y más alejada del mundo de hoy, se me escapa y es algo que ni siquiera me detengo a considerar. El abanico de motivos es tan amplio que puede que lo haga para provocar o porque intente transmitir un mensaje a favor de la religión. Hasta él mismo podría ser cristiano y estar haciendo apología de su fe, o lo contrario, quién entiende a un polaco, Polansky se largo por una rendija cuando era un crío y todavía sigue corriendo.... Yo no soy religioso y eso no cambia en nada mi calificación, esta es una web sobre cine y de eso estamos hablando.
Y sobre el dichoso ritmo, para terminar: el film se hace tan escandalosamente lento que se acaba -como decía mi abuela- en un plisplás. Justo cuando empiezas a degustarla como la obra maestra que indudablemente es. Jodido Pawlilkowski.
emecege
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow