Un tema tan interesante, tan trágico, tan real como éste merecía otro tratamiento, otro director y otras actrices. La película es deslabazada, sin ritmo, pasamos de una a otra sin enganchar con ninguna. No te crees mucho lo que sucede. El ambiente de represión y miedo apenas se resalta. Las escenas de la cárcel son ya de espanto, parece Disneyland. El público debería haber quedado asustado por lo que sucede, por esos falangistas y militares deseosos de depurar, por el miedo, el hambre. ¡Qué estamos hablando de los meses siguientes al fin de la guerra! Los peores. Terribles, injustos, crueles.

Finalmente comentar que estas pobres chicas pertenecían o eran simpatizantes de las Juventudes Socialistas Unificadas, una organización que, desde luego, ni respetaba las libertades individuales ni la democracia. Eran comunistas al servicio de Stalin. Conviene no olvidarlo, aunque estas muchachas no tuvieran ninguna responsabilidad en ello y fueran vilmente asesinadas