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Voto de Tylercito:
6
4,9
256
Comedia
Un estudiante de posgrado (Nicholson) hace frente a una reciente ruptura mediante la realización de entrevistas con varios hombres. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2010
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he leído todo lo que ha escrito David Foster Wallace. Pero sí he leído (y releído, y subrayado, y resumido, y conectado, y esquematizado) todo lo esté traducido al castellano (1). Incluso acabé leyendo a su traductor, Javier Calvo. He rastreado todas sus entrevistas colgadas en Youtube(2), recurrido al Google Traductor para leer artículos inéditos colgados por la red, traducido minuciosamente el artículo publicado en el New Yorker tras su suicidio (3), recordado su figura en varios de mis blogs, asimilado su estilo repleto de notas al pie cuando soy yo quien escribe (4)...
Tengo un tatuaje en mi brazo que reza "DFW". Y mataré al próximo vuelva a describirlo como un simple superdotado cínico (5).
Wallace es mi escritor favorito junto a Camus, Henry Miller, Swift, Wilde, Homero o James Joyce. Incluso por encima de. No intento hacerme autobombo ni resultar prepotente, pero necesito dejar claro que sé de lo que hablo.
Y ahora, sólo ahora, les diré qué le parece esta película de John Krasinski a este profundo admirador (que no fanático) de David Foster Wallace: una MIERDA (6).
Como relato cinematográfico es una nulidad (plano, contraplano ad nauseam), pero como adaptación es mucho peor. Es malo terminar con la sensación de que Krasinski no tenía ni puta idea de quién era Wallace (7) ni de lo que pretendía decir con su obra, por encima de su estilo barroco y su inclasificable estilo del humor. Pero resulta aún peor comprobar que ni siquiera ha captado la superficie; esto es, el barroquismo y el humor. Y que, a pesar de intentar ser fiel al texto de la forma más chapucera posible, se atreva a incluir después añadidos imperdonables que traicionan todo (como la presentación de la obra como estudio sociológico de los estragos del feminismo en los hombres) o recortar fragmentos hilarantes (como el final de la anécdota del fan de Embrujada -sic-) e incluso líneas de diálogo maravillosas cual censor franquista (o del código Hays, me es lo mismo). Y encima le sale un film de una hora y veinte que se hace largo. Justo al contrario que Wallace, cuyos hilarantes, profundos, sensibles, humanistas, irónicos, refrescantes, inteligentes, barrocos, juguetones, estimulantes y kilométricos textos se hacían muy muy cortos.
Entonces, ¿a qué viene mi nota? Bueno, la adaptación es una mierda. Pero tampoco he dicho que fuese fácil adaptar a Wallace. Así que agradezco el intento.
Para alguien como yo, sentir palabras sueltas de Foster Wallace esparcidas por el celuloide merece la pena aunque estén en una grisácea película, que, pese a todo, no deja de resultar Interesante por pionera (lo cual equivale a un 6 en Filmaffinity). Pero no exagero ni me sobrevaloro si confieso que yo mismo podría haber hecho algo mucho mejor.
Tengo un tatuaje en mi brazo que reza "DFW". Y mataré al próximo vuelva a describirlo como un simple superdotado cínico (5).
Wallace es mi escritor favorito junto a Camus, Henry Miller, Swift, Wilde, Homero o James Joyce. Incluso por encima de. No intento hacerme autobombo ni resultar prepotente, pero necesito dejar claro que sé de lo que hablo.
Y ahora, sólo ahora, les diré qué le parece esta película de John Krasinski a este profundo admirador (que no fanático) de David Foster Wallace: una MIERDA (6).
Como relato cinematográfico es una nulidad (plano, contraplano ad nauseam), pero como adaptación es mucho peor. Es malo terminar con la sensación de que Krasinski no tenía ni puta idea de quién era Wallace (7) ni de lo que pretendía decir con su obra, por encima de su estilo barroco y su inclasificable estilo del humor. Pero resulta aún peor comprobar que ni siquiera ha captado la superficie; esto es, el barroquismo y el humor. Y que, a pesar de intentar ser fiel al texto de la forma más chapucera posible, se atreva a incluir después añadidos imperdonables que traicionan todo (como la presentación de la obra como estudio sociológico de los estragos del feminismo en los hombres) o recortar fragmentos hilarantes (como el final de la anécdota del fan de Embrujada -sic-) e incluso líneas de diálogo maravillosas cual censor franquista (o del código Hays, me es lo mismo). Y encima le sale un film de una hora y veinte que se hace largo. Justo al contrario que Wallace, cuyos hilarantes, profundos, sensibles, humanistas, irónicos, refrescantes, inteligentes, barrocos, juguetones, estimulantes y kilométricos textos se hacían muy muy cortos.
Entonces, ¿a qué viene mi nota? Bueno, la adaptación es una mierda. Pero tampoco he dicho que fuese fácil adaptar a Wallace. Así que agradezco el intento.
Para alguien como yo, sentir palabras sueltas de Foster Wallace esparcidas por el celuloide merece la pena aunque estén en una grisácea película, que, pese a todo, no deja de resultar Interesante por pionera (lo cual equivale a un 6 en Filmaffinity). Pero no exagero ni me sobrevaloro si confieso que yo mismo podría haber hecho algo mucho mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Lo del tatuaje era broma.
Si quieren algo mejor de David Foster Wallace que la película que nos ocupa, lean cualquiera de sus obras (les recomiendo la ruta Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer -> Extinción -> La broma infinita). Si quieren algo mejor de Krasinski, véanlo en la recomendable serie The Office.
Y para la próxima película sobre el universo Wallace, voto por una recreación de Hermana Sangrienta (8) protagonizada por Natalie Portman.
Notas al pie:
1. Tanto recopilaciones de artículos y ensayos (a) como colecciones de relatos breves (b) y novelas (c).
a. Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer y Hablemos de langostas.
b. La niña del pelo raro, Entrevistas breves con hombres repulsivos y Extinción.
c. Mejor dicho, novela (la obra magna y totalizadora de su universo, titulada La Broma Infinita); al menos hasta que The Broom of the System sea traducida algún día o llegue el 15 de abril de 2011 y se publique su obra póstuma y semiacabada, El rey pálido.
2. Sin lograr entender casi nada por culpa de mi paupérrimo nivel de inglés.
3. http://www.newyorker.com/reporting/2009/03/09/090309fa_fact_max
4. Algo que estoy intentando superar.
5. David Foster Wallace era mucho más que eso. Bajo su humor escondía un humanismo y una preocupación real por las cosas enorme. ¿Cínico? El mismo se encargó de tachar a la ironía y al cinismo como el mayor mal de nuestra sociedad y nuestra literatura en uno de sus ensayos, puesto que es un arma enorme para bosquejar el camino pero nunca puede construirse sobre él nada que se sostenga. Y recordemos que estamos hablando de alguien que murió por su obra. Sí, no fue un depresivo que se suicidó porque la medicación dejó de hacerle efecto: fue un depresivo que dejó su medicación habitual porque creía que le estaba bloqueando en el proceso de su obra inconclusa, El rey pálido, y esa renuncia acabó con su vida.
6. Sólo puedo decir en su favor que me gustaron las actuaciones, la representación del monólogo sobre el padre que trabajaba en los lavabos y la del chico obsesionado con el sufrimiento y Viktor Frankl (a).
a. Tenía ritmo, un verdadero milagro en esta película.
7. Qué esperar de alguien que dice cosas como “Un día un buen amigo me dijo que su libro favorito era La broma infinita de David Foster Wallace. Conseguí una copia y lo que me asustó de primera no fueron las casi 1100 páginas sino el tremendo peso de la cosa […]. No había ninguna forma de que yo tuviera la capacidad cerebral como para terminar el libro […]. Seguí con aquellos artistas que me inspiraron gratamente sin producirme sangrado nasal como Nick Drake y Hal Ashby”
8. Película de James Incandenza, polifacético personaje clave de La broma infinita.
Si quieren algo mejor de David Foster Wallace que la película que nos ocupa, lean cualquiera de sus obras (les recomiendo la ruta Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer -> Extinción -> La broma infinita). Si quieren algo mejor de Krasinski, véanlo en la recomendable serie The Office.
Y para la próxima película sobre el universo Wallace, voto por una recreación de Hermana Sangrienta (8) protagonizada por Natalie Portman.
Notas al pie:
1. Tanto recopilaciones de artículos y ensayos (a) como colecciones de relatos breves (b) y novelas (c).
a. Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer y Hablemos de langostas.
b. La niña del pelo raro, Entrevistas breves con hombres repulsivos y Extinción.
c. Mejor dicho, novela (la obra magna y totalizadora de su universo, titulada La Broma Infinita); al menos hasta que The Broom of the System sea traducida algún día o llegue el 15 de abril de 2011 y se publique su obra póstuma y semiacabada, El rey pálido.
2. Sin lograr entender casi nada por culpa de mi paupérrimo nivel de inglés.
3. http://www.newyorker.com/reporting/2009/03/09/090309fa_fact_max
4. Algo que estoy intentando superar.
5. David Foster Wallace era mucho más que eso. Bajo su humor escondía un humanismo y una preocupación real por las cosas enorme. ¿Cínico? El mismo se encargó de tachar a la ironía y al cinismo como el mayor mal de nuestra sociedad y nuestra literatura en uno de sus ensayos, puesto que es un arma enorme para bosquejar el camino pero nunca puede construirse sobre él nada que se sostenga. Y recordemos que estamos hablando de alguien que murió por su obra. Sí, no fue un depresivo que se suicidó porque la medicación dejó de hacerle efecto: fue un depresivo que dejó su medicación habitual porque creía que le estaba bloqueando en el proceso de su obra inconclusa, El rey pálido, y esa renuncia acabó con su vida.
6. Sólo puedo decir en su favor que me gustaron las actuaciones, la representación del monólogo sobre el padre que trabajaba en los lavabos y la del chico obsesionado con el sufrimiento y Viktor Frankl (a).
a. Tenía ritmo, un verdadero milagro en esta película.
7. Qué esperar de alguien que dice cosas como “Un día un buen amigo me dijo que su libro favorito era La broma infinita de David Foster Wallace. Conseguí una copia y lo que me asustó de primera no fueron las casi 1100 páginas sino el tremendo peso de la cosa […]. No había ninguna forma de que yo tuviera la capacidad cerebral como para terminar el libro […]. Seguí con aquellos artistas que me inspiraron gratamente sin producirme sangrado nasal como Nick Drake y Hal Ashby”
8. Película de James Incandenza, polifacético personaje clave de La broma infinita.