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Voto de CUPULA2:
1
2017
5,7
22.515
Musical. Comedia
María y Susana son dos adolescentes rebeldes de 17 años que se encuentran en el campamento de verano cristiano "La brújula" en Segovia, al que van desde pequeñas. Ambas sienten pasión por el reggaeton y el electro-latino, pero las sorprendentes apariciones de Dios a María comenzarán a cambiar sus vidas... Adaptación cinematográfica del musical homónimo del año 2013, de gran éxito en España. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2018
355 de 498 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asombrado me hallo de ver tanta crítica positiva, de ver la puntuación en esta página, abrumado con tanto halago leído en prensa especializada y aficionada... Y así sigo tras haber podido visionar esta ¿película? titulada "La llamada". Pues bien, la llamada "La Llamada" ha debido llamar la atención de los espectadores sobre otros aspectos del espectáculo que no son la historia o, mejor dicho, el guión. Porque guión no tiene, o al menos un guión que construya una película. No puedes empatizar con ninguna de las tramas de las protas porque directamente, éstas no existen. Me explico (en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La peli arranca decentemente. Dos chicas (eso sí, muy bien interpretadas y con mucha frescura por Anna Castillo y Macarena García) que se escapan de un campamento de monjas para irse de fiesta a Segovia, al concierto de un reggetonero (amigo de los directores si no me equivoco porque si no, ¿a qué tanto repetir su nombre y darle tanto protagonismo si es indiferente en la trama?). Justo antes de esta escapada, María (Macarena García) había visto en una aparición celestial a un tipo parecido a Benny Hill haciendo de dios en un rompimiento de gloria al más puro estilo de un show barato de Las Vegas. Hasta ahí, captan mi atención. Incluso cuando llega la nueva madre superiora y las castiga. Bien, bien, ya tenemos sentado un detonante sobre el que arrancar la trama y desembocar al primer giro de guión... que nunca llega. Pues son dos chicas rebeldes en un campamento de monjas metidas en problemas (no sabemos, ni sabremos qué hacen allí ni por qué han ido, si obligadas, por gusto, o cómo, porque no se dice pero parece que da lo mismo, si total...). Pero a partir de ahí, la NADA.
Porque entonces había que seguir escribiendo un guión... Pero los directores/guionistas de esta peli, los Javis, deciden que no. Que mejor apostarlo todo a las canciones y la frescura de las protas. Porque... ¿Cuál es el objetivo o conflicto de María? ¿Irse con dios? ¿Cantarle a dios? ¿Casarse con dios? Da lo mismo. No lo explican. Sólo la vemos agobiada por, suponemos, la primera visitación de Yavé, y luego, en un momento dado se lo cuenta a la monja nueva que le dice muy segura que rece. Lo hace. Dios se ríe en su cara cuando lee un trozo de la biblia (¿por qué? Porque dios es progre y se ríe de sus propias escrituras, prefiere una buena partitura de Whitney Houston). Al final de la peli decide que le cantará con su amiga (en ese momento todas las protas ven a dios) y asciende al cielo en cuerpo y alma... ¿Por qué? ¿A cuento de qué? Da igual, si total hay música y ellas son muy monas.
El personaje de la amiga, Susana Romero. Tres cuartas partes de lo mismo. Parece que es una rebelde sin causa, que sueña con ser cantante. Tiene un novio que le gorronea la droga y se la tira en mitad del campo... Pero, ¿qué hace en el campamento? "He venido por ti", le increpa a María en un momento dado. Pero más de lo mismo. No sabemos nada de ella, y de pronto, escucha cantar a la monja mojigata (esta merece aún su análisis) y decide que es bollera y que se ha enamorado de ella, porque sí. De modo que a la mierda el novio y a vivir su sueño de cantar porque "nostras no pensamos, hacemos y ya si eso vemos", si total...
Ya vemos que las dos protas ni necesidad, ni objetivo, ni conflicto, ni leches. Así me es imposible interesarme por ninguna de las dos. De modo que pongo el foco en Milagros, la monja interpretada por Belén Cuesta (me gusta esta actriz pero aquí sobreactúa demasiado, quizá en el teatro funcione pero en cine chirría). Ella sí parece que tiene más solidez. Es una monja que empatiza con las chicas, pues ella fue cantante. Y ahora al verlas se da cuenta de que su vocación se está perdiendo (no, tampoco se molestan en contarnos por qué lo dejó, cuándo sintió la llamada ni por qué tomó los hábitos, si total...). Pues bien, me interesa algo su historia pero cuál es mi sorpresa cuando ella, a pesar de reconocer su tristeza y su deseo de salir, no hace nada hasta que Susana le dice que se ha enamorado de ella y la besa. Es entonces, que decide salir de la inacción más absoluta. Y por supuesto es lesbiana también, que total, es lo lógico siendo monja, ¿no?
Del esperpéntico personaje de Sor Bernarda ni me digno a hablar porque pasa de severa a guay cuando le conviene a los autores.
En fin. No me extiendo más. Una película tan poco recomendable como olvidable, pero que viendo su "éxito" me invita a pensar que la gente está perdiendo definitivamente el criterio.
Porque entonces había que seguir escribiendo un guión... Pero los directores/guionistas de esta peli, los Javis, deciden que no. Que mejor apostarlo todo a las canciones y la frescura de las protas. Porque... ¿Cuál es el objetivo o conflicto de María? ¿Irse con dios? ¿Cantarle a dios? ¿Casarse con dios? Da lo mismo. No lo explican. Sólo la vemos agobiada por, suponemos, la primera visitación de Yavé, y luego, en un momento dado se lo cuenta a la monja nueva que le dice muy segura que rece. Lo hace. Dios se ríe en su cara cuando lee un trozo de la biblia (¿por qué? Porque dios es progre y se ríe de sus propias escrituras, prefiere una buena partitura de Whitney Houston). Al final de la peli decide que le cantará con su amiga (en ese momento todas las protas ven a dios) y asciende al cielo en cuerpo y alma... ¿Por qué? ¿A cuento de qué? Da igual, si total hay música y ellas son muy monas.
El personaje de la amiga, Susana Romero. Tres cuartas partes de lo mismo. Parece que es una rebelde sin causa, que sueña con ser cantante. Tiene un novio que le gorronea la droga y se la tira en mitad del campo... Pero, ¿qué hace en el campamento? "He venido por ti", le increpa a María en un momento dado. Pero más de lo mismo. No sabemos nada de ella, y de pronto, escucha cantar a la monja mojigata (esta merece aún su análisis) y decide que es bollera y que se ha enamorado de ella, porque sí. De modo que a la mierda el novio y a vivir su sueño de cantar porque "nostras no pensamos, hacemos y ya si eso vemos", si total...
Ya vemos que las dos protas ni necesidad, ni objetivo, ni conflicto, ni leches. Así me es imposible interesarme por ninguna de las dos. De modo que pongo el foco en Milagros, la monja interpretada por Belén Cuesta (me gusta esta actriz pero aquí sobreactúa demasiado, quizá en el teatro funcione pero en cine chirría). Ella sí parece que tiene más solidez. Es una monja que empatiza con las chicas, pues ella fue cantante. Y ahora al verlas se da cuenta de que su vocación se está perdiendo (no, tampoco se molestan en contarnos por qué lo dejó, cuándo sintió la llamada ni por qué tomó los hábitos, si total...). Pues bien, me interesa algo su historia pero cuál es mi sorpresa cuando ella, a pesar de reconocer su tristeza y su deseo de salir, no hace nada hasta que Susana le dice que se ha enamorado de ella y la besa. Es entonces, que decide salir de la inacción más absoluta. Y por supuesto es lesbiana también, que total, es lo lógico siendo monja, ¿no?
Del esperpéntico personaje de Sor Bernarda ni me digno a hablar porque pasa de severa a guay cuando le conviene a los autores.
En fin. No me extiendo más. Una película tan poco recomendable como olvidable, pero que viendo su "éxito" me invita a pensar que la gente está perdiendo definitivamente el criterio.