Mandela, del mito al hombre, es una aproximación más a la figura irrepetible del ganador del Premio Nobel de la Paz en 1993. Actores tan conocidos como Sidney Poitier -Mandela y de Klerk,1997- Morgan Freeman -Invictus, 2009- o Danny Glover -Mandela, 1987- entre otros, lo han encarnado en el mundo del cine con más o menos éxito. El último en esta labor ha sido Idris Elba -RocknRolla, Luther-, actor británico conocido especialmente por su papel de Stringer Bell en esa grandiosa serie llamada The Wire.

Acompañado de Naomi Harris -Skyfall- en el papel de Winnie Madikizela, segunda esposa del presidente sudafricano, la actuación de los dos intérpretes es lo más destacado, junto con la canción principal del filme a cargo del grupo irlandés U2. A diferencia de sus predecesores, Elba, que contaba con la desventaja de no parecerse físicamente al personaje real, realiza una enorme interpretación, con un acento y caracterización perfectos. A su vez, Harris pone el rostro del sufrimiento y odio que experimentó la señora Mandela durante el cautiverio de su marido.

Pero a pesar de ello, el tercer trabajo de Chadwick como director en la gran pantalla se torna aburrido cuando intenta explorar en la intimidad o parte menos conocida del protagonista. Sus infidelidades durante su primer matrimonio, o su papel activo como "terrorista" en actos de sabotaje contra el gobierno responsable del apartheid, pierden interés frente a la figura mitológica. Su período en la cárcel, las reuniones que mantiene durante finales de los ochenta con miembros del gobierno para intentar frenar la violencia que sufría el país y su posterior liberación y elección como presidente, son los aspectos mas interesantes de la obra.

Como desgraciada curiosidad, la película fue estrenada en Londres el 5 de enero del año 2013. Unas horas más tarde, en Johannesburgo, el corazón de Nelson Mandela se paró definitivamente. Una de las figuras más influyentes del siglo XX se despedía de la vida, dejando un legado y un ejemplo insuperables. Su personalidad, capacidad de perdonar, defensa de los derechos humanos y liderazgo, evitando una guerra civil en su país, deben ser recordadas y transmitidas a las generaciones futuras. Esa es, sin duda, a herencia más importante que deja esta leyenda irrepetible.