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Voto de Daverunner:
8
Western. Drama En Arizona, en el Fuerte Linton, se celebra un consejo de guerra para juzgar a un sargento negro acusado de la violación y el asesinato de una joven blanca. El sargento Rutledge, ha sido siempre un militar valiente y ejemplar, un modelo para todos sus soldados, pero ahora el ejército le cree culpable. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que una película de John Ford es un ejemplo de perfecta narración es como decir que en verano hace calor. Una perogrullada. Excepto en Escala en Hawai, que personalmente se me hizo en algunos momentos farragosa y con una ejecución que no me llegó a entusiasmar, el resto de sus trabajos me han parecido prodigios en cuanto a narrativa y desarrollo de la misma.

El sargento negro es otro ejemplo de ello. La película se inicia con el consejo de guerra y a partir de ahí, a través de flashbacks contados por los testigos que van siendo llamados a testificar, la trama avanza de manera fluida alternando los momentos presentes del juicio con la crónica de los sucesos que llevaron al sargento Rutledge a tan delicada situación.

El juego de luces que nos propone Ford, con esa pérdida de luminosidad cuando comienzan los relatos de cada uno de los testigos, quedando únicamente iluminado el narrador de turno, son un acierto total. Le confiere a la obra un carácter teatral que la hace si cabe, más atractiva.

El filme contiene momentos cómicos. Éstos, protagonizados especialmente por los encargados de dirigir el consejo de guerra, con un sublime Willis Bouchey (El hombre que mató a Liberty Valance) a la cabeza, son otro acierto ya que alivian la carga dramática del mismo.

No siendo de los trabajos más redondos de una de las leyendas del séptimo arte, El sargento negro es un título a reivindicar, especialmente para todos aquellos que consideraban a Ford un racista reaccionario. Una película que denuncia el racismo y las dificultades que atravesaron los negros en EEUU después de la Guerra de Secesión -y lo que les quedaba-. Un ejemplo más de defensa a las minorías, como ya había hecho antes con los indios en las magníficas El gran combate o incluso en Centauros del desierto. Porque como escribió Peter Bogdanovich en su libro John Ford: "Las simpatías de Ford han estado siempre con el desposeído".

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Daverunner
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