El director irlandés de tan celebrados filmes como En el nombre del padre (1993) Jim Sheridan realiza un melodramático remake de un filme danés dirigido por Susane Bier cambiando ciertos elementos de la trama como el escenario bélico, situándose en este título en la guerra de Afganistán, mucho más cercano y eficaz para los espectadores estadounidenses.

Aunque su atractivo reparto promete, la cinta es un melodrama al uso que no depara grandes momentos pero que se ve sin demasiados problemas gracias a la fuerza que poseen los temas que trata, como el perdón o los lazos familiares. Si es verdad que a la cinta le falta la contundencia de la obra original y es mucho más agradecida para la exigencia del espectador.

Destacar sobretodo la interpretación de Tobey Maguire, un actor poco visto más allá de Spider-man pero que nos deja en este filme su mejor interpretación y su personaje más complejo. Los otros dos que forman el triángulo, Natalie Portman y Jake Gyllenhaal, cumplen el cometido pero sin sobresalir interpretativamente, habiéndonos dejado ambos interpretaciones más memorables que esta.