Tras dos desafortunados filmes en carne y hueso, la pareja más famosa del tebeo nacional encuentra su lugar en la animación 3-D, transmitiéndonos de manera brillante el espíritu satírico y desenfrenado de la colección de Bruguera.

Javier Fesser era el evidente encargado de traspasar al cine las aventuras de los agentes de la TIA, siendo evidente la influencia que Ibáñez y el tebeo tienen en su cine. La película crea una espectacular comedia desenfrenada llena de momentos satíricos y paródicos a la sociedad y cultura popular española (Julio Iglesias, Gran Hermano o incluso el arte del botijo); además de la aparición de imprescindibles creaciones ibañescas como Rompetechos.

Fesser traslada al cine (y en fantástico 3-D) el verdadero espíritu del cómic de Ibáñez siendo hasta el momento la mayor creación animada de nuestro cine y que deja con ganas de más aventuras en un futuro.