Paco Plaza, antes de codirigir la saga REC, nos deja una nueva versión del hombre lobo basándose en un suceso que acaeció en tierras gallegas a mediados del siglo XIX.

El resultado es una fallida cinta de terror que tiene importantes huecos en su trama y en la narración, no nos mantiene en un alto interés y no nos deja momentos inquietantes para el recuerdo.

Lo mejor es esa evidente influencia del giallo de Argento que nos aporta una notable atmósfera y un gran trabajo de fotografía por parte de Javier Salmones además de la inquietante presencia que aporta Julian Sands, conocido por interpretar a El fantasma de la ópera en la versión de Argento reforzando aún más ese claro homenaje al giallo.

Una cinta desigual que no nos aporta las dosis de terror necesarias pero, aún así Paco Plaza intenta resolver con inteligencia todos los elementos.