Joss Whedon, ya director de la primera entrega, se confirma como el más conocedor del universo Marvel en esta segunda entrega en la que se multiplican las virtudes y el disfrute de puro blockbuster.

Whedon profundiza en esta unión de personajes llegando a crear dilemas de la propia heroicidad, como ese villano llamado Ultron que acaba personificándose como la vertiente oscura de Tony Stark, profundizando en la responsabilidad y culpa de cada personaje, resultando bastante claras la mayor atención que enfoca a Hulk y Ojo de Halcón.

La presentación de los superhéroes, en un terreno nevado y en falso plano secuencia, ya nos demuestra el disfrute del que vamos a ser espactadores, dejándonos sobreexcitados tras la proyección después de visionar este blockbuster épico, ambicioso y sobretodo demencialmente divertido.

Whedon consigue multiplicar el disfrute de la anterior entrega, mejorar en su control narrativo sobre los personajes y divertirnos en dimensiones épicas. Whedon crea el mejor título que la poderosa Marvel jamás ha presentado y el blockbuster más consciente de sus objetivos y virtudes que hemos visto en años.