El canadiense Denis Villeneuve se sigue confirmando como uno de los autores más destacables del nuevo Hollywood tras la excelente Prisioneros y ese laberinto mental llamado Enemy. En este nuevo filme, Villeneuve demuestra de nuevo solidez ante uno de los eventos habituales en las fronteras mexicanas dónde el poder, la violencia y la droga dominan el lugar.

Kate Macer es reclutada por una fuerza de élite para luchar contra el narcotráfico, las abusivas situaciones que verá por parte del equipo y los peligros en los que se verá expuesta le harán dudar del objetivo principal de esa misión y de su organización.

Villeneuve nos recuerda con este filme a películas como Traffic de Soderbergh o La noche más oscura de Bigelow, subrayando con mayor eficacia que esta última la ambigüedad y falta de moral de las fuerzas de élite norteamericanas y sabiendo narrar con gran eficacia un peligroso mundo en el que no hay ni buenos ni malos.

Villenueve se llena de un laborioso triángulo interpretativo en el cabe destacar a un excelente Benicio Del Toro, interpretando al asesor latino de la misión y al personaje más misterioso del filme; además de destacar a Emily Blunt, mostrándose como una actriz completa y todoterreno para cualquier género y personaje.

Evitando que el espectador se despegue del asiento con una ejemplar sólidez narrativa acompañada del gran talento del veterano Roger Deakins en la fotografía, Villeneuve deja un oscuro thriller sobre una guerra que se libra todos los días y en la que las virtudes humanas y morales, y lo que es lícito o no se encuentra difuminado desde cualquiera de los bandos.

El Crítico Inquilino