Llega a las carteleras para estos tiempos de Halloween la propuesta para los más pequeños; la secuela de Hotel Transilvania que continua las virtudes de la divertida primera entrega.

La segunda parte sigue moviéndose en el terreno de la comedia alocada, jugando muy inspiradamente en el gag mudo, jugando con la velocidad y el sonido; algo ya destacable en la primera entrega y que denota buen saber hacer para la comedia por parte de sus creadores.

En este filme el conde Drácula es ya abuelo y está dispuesto a enseñar a su nieto las habilidades para ser un gran vampiro, estará acompañado de sus torpes colegas que descargan la mayoría de gags cómicos, sobretodo ese blando monstruo verde.

Una propuesta para los más pequeños que también sabrá sacar una buena carcajada a los adultos; funcionando muy bien en el gag aunque su trama no sea demasiado original o sorprendente, pudiendo pecar de continuista y pisando sobre seguro.

El Crítico Inquilino