Llega a las carteleras el reboot del grupo más famoso de la factoría Marvel, un filme que ha estado rodeado de polémica y decepción ya desde su rodaje, sin parar la polvareda ni su prometedor director Josh Trank (Chronicle) ni su reparto.

El filme parece imbuírnos en el cine ochentero en sus primeros minutos (niños, ciencia, amistad...) pero en cuanto crecen, y sobretodo empieza la acción, el filme se vuelve plano y torpe añadiéndose a la fiesta unos inexplicablemente pobres efectos visuales y una trama muy vista, repetitiva y nada profunda.

La película llega aún menos lejos que el primer intento de 2005, pasándose de tono épico como aquella hacía con su sabor infantiloide y pareciendo precipitada en su último acto. Los peor mal parados su prometedor director y reparto, sucumbidos por un guión penoso y una producción fallida en todos los aspectos, esperemos que por lo menos no marque en demasía el futuro de ellos.

Un cómic tan apetecible como el de este grupo de superhéroes sigue estando maldito en el celuloide y deja el mayor batacazo de la exitosa factoría Marvel en los últimos años, cuando habían alcanzado un nivel notable en calidad.