Imanol Uribe vuelve a la gran pantalla con otra cinta sobre la posguerra que, aunque tiene elementos positivos, no deja de ser correcta y otro título más de la ya poblada filmografía sobre la posguerra española.

Esta vez viajamos a la Andalucía de los 50, donde un joven presta el servicio militar cerca gracias a que su amada lo ha conseguido trabajando éste a las órdenes del tío de ella, este verá injusticias que le harán unirse a un grupo secreto antifascista en el que se encuentra un buen amigo suyo y con el que se verá envuelto en peligrosas situaciones.

Esta es la sinopsis bajo el papel, pero la verdad es que la tensión que puede prometer en el argumento no llega a verse explícita en la cinta en ningún momento siendo un inicio notable y sobretodo la amalgama de fantásticos actores secundarios lo más destacable de un drama sobre la posguerra correcto pero que no nos aporta aire fresco. Como decimos el plantel de secundarios de lujo es lo que hace merecerle un visionado, con un siempre excelente Eduard Fernández y un fantástico Karra Elejalde además de una algo desfavorecida Ángela Molina que superan en interés al joven reparto protagonista.

Una película más sobre la posguerra española que gana interés gracias al gran plantel de secundarios que contiene.