El homónimo best-seller ya tiene su adaptación cinematográfica en este eficiente filme de suspense, realizado con sólidez y con un notable reparto.

El hiperactivo en la cartelera actual Tom Hardy protagoniza este filme en el que en un país idealizado como un lugar perfecto, en el que todo está reglado y ordenado, se comienza a creer en la existencia de un asesino en serie de niños al que Hardy buscará y deberá enfrentarse a los altos mandos que buscan amagar ese perverso lado de su sociedad.

Las secuencias entre Tom Hardy y Noomi Rapace transmiten una química excepcional entre ambos, habiendo ya coincidido en el thriller The Drop (2014), y aquí sabiendo destacar los misterios que los personajes esconden; Hardy siempre brillante y como digo, cabe destacar a Noomi Rapace realizando un trabajo dramático muy digno de mención.

Espinosa dirige con buen pulso y sabiendo crear una inquietante atmósfera digna del mejor género de suspense pero le falta sello personal y peca de poca mordiente en una historia que puede tener mayor carácter de por sí. Aún así, es un digno thriller bastante entretenido en la mayor parte de su metraje y que deja momentos muy estimulantes cuando Hardy y Rapace comparten pantalla.