"La Máscara 2", estrenada en 2005 y dirigida por Lawrence Guterman, es una secuela que quedará en la memoria de los fanáticos de la película original, pero no por las razones correctas. A pesar de contar nuevamente con el personaje icónico de La Máscara, interpretado por Jamie Kennedy esta vez, la película carece del encanto y la frescura de su predecesora.

La trama sigue a Tim Avery (interpretado por Jamie Kennedy), un artista de caricaturas que encuentra la legendaria Máscara de Loki. Al ponerse la máscara, obtiene habilidades sobrenaturales y un alter ego salvaje y caótico, similar al personaje interpretado por Jim Carrey en la película original.

Desde el principio, es evidente que esta secuela no logra capturar la magia de la primera película. Jamie Kennedy hace un esfuerzo, pero carece del carisma y la energía de Jim Carrey, lo que resulta en una interpretación mucho menos impactante. La química entre los personajes tampoco es tan efectiva, y los chistes y gags cómicos a menudo caen planos.

El guión de la película es bastante débil en comparación con la original. Los chistes son predecibles y a menudo forzados, y la trama carece de la profundidad y el interés que tenía la primera película. Además, la película incluye elementos innecesarios y a veces inapropiados que no aportan mucho a la historia.

A nivel visual, "La Máscara 2" sigue utilizando efectos especiales, pero carece de la misma inventiva y frescura que la película original. Los momentos de transformación de Tim en La Máscara son menos impresionantes y menos creativos.

En general, "La Máscara 2" es una secuela decepcionante que no logra capturar la esencia de la película original. Aunque algunos fanáticos de la primera película pueden sentir curiosidad por verla, es poco probable que encuentren la misma diversión y encanto en esta entrega. Es un recordatorio de que algunas películas no necesitan secuelas y que la magia de la película original a veces es imposible de replicar.

Nota: 3/10