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España España · Madrid
Voto de JCarlos:
9
Thriller Un sicario recibe el encargo de matar a una mujer. Debería ser un encargo más, sin embargo, cuando está a punto de ejecutarla, no lo hace. A partir de entonces inicia una carrera a contrarreloj para acabar con quienes le han contratado. Sabe que, en su profesión, quien no termina el trabajo, está muerto. La cuestión es: ¿por qué decidió no matar a la mujer? (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2015
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al protagonista de Sicarivs le encanta su trabajo! No muchas personas realizan esa afirmación con tanta contundencia y credibilidad como él. Efectivamente, se trata de un trabajo muy bien pagado, y lo es, porque ha de ser coherente con el perfil que lo ejecuta. De hecho, uno no es un profesional por afirmar que lo es (el mundo está lleno de estos), sino porque lo demuestra. Se ha preparado para ello, y está seguro de que lo que hace, lo hace porque quiere hacerlo. Así es nuestro protagonista.

Desde luego, el trabajo, además de estar bien pagado, es emocionante y no rutinario, además permite entrenar y reforzar continuamente la memoria, el razonamiento, sin de dejar de lado el ejercicio físico. Todo en uno! Sin embargo, el trabajo es, por así decirlo, un tanto singular, y consta de una sola regla: debes ejecutar a la víctima, en caso contrario, estás muerto. La única salida para continuar vivo, consiste en encontrar y matar a todos los que han intervenido en el encargo.

Javier Muñoz realiza, en su primera película como director, una exhaustiva radiografía de un asesino a sueldo a través del pensamiento de este cuando se vulnera la única regla a cumplir, pensamiento que se expresa mediante una voz en off durante el transcurso de la película. Evidentemente, esta voz en off es totalmente necesaria a fin de entender al personaje, pues expresa perfectamente el por qué actúa de una forma y no de otra en función del espacio, así como de las personas que lo ocupan en cada momento. Víctor Clavijo traduce sus propias reflexiones en movimientos no forzados, alejándose de gestos vulgares y convencionales, contribuyendo de forma decisiva una voz grave y serena con una correcta entonación de frases y pronunciación de las palabras.

La acción transcurre en una sola noche, oscuridad que es muy bien aprovechada por Javier Muñoz con el objetivo de aportar buenas dosis de cine negro gracias a la posición y movimiento de cámara, y por supuesto, al trabajo no menos importante de los técnicos de luz y sonido. Todo ello contribuye a que el director de Sicarivs nos aproxime e introduzca en sórdidos ambientes como si escondidos o confundidos en la oscuridad nos encontráramos, o incluso, ser uno de sus objetivos.

Verdaderamente, es un lujo que contemos en la cartelera de nuestro país (lástima que sea en escaso número de salas, al menos en Madrid) de una película de cuidado guión y esmerada realización y que permita afirmar que, incluso, es española.

Gracias Javier.
JCarlos
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