Desde el principio "A dos metros bajo tierra" me ha parecido una serie increíble, pero a medida que han ido avanzado las temporadas me he enamorado más y más de ella.
Todo es perfecto: los actores son geniales, la fotografía está perfectamente cuidada, los guiones son únicos (es imposible no enamorarse de los personajes, de su forma de enfrentarse a la vida), el fino humor negro se introduce sin desentonar en las duras tramas y la música consigue poner la guinda para crear una atmósfera mágica en la que todo funciona.
Nunca me había emocionado tanto con una serie de televisión como con el último episodio de la quinta temporada, nunca voy a poder olvidarme de Claire, Nate, Brenda, David... y no creo que nunca vaya a haber una serie de televisión tan especial como ésta.