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España España · Santa Margarida i els Monjos
Voto de Víctor Baylach:
3
Fantástico. Acción. Comedia Eddie Brock (Tom Hardy) y su simbionte Venom todavía están intentando descubrir cómo vivir juntos cuando un preso que está en el corredor de la muerte (Woody Harrelson) se infecta con un simbionte propio. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2021
19 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
I have a bad feeling about this… y no es por menos. Con la decepción que supuso la infumable primera cinta protagonizada por el simbionte más conocido del mundo arácnido de Marvel Comics, Sony se arma de valor y se atreve lanzando su secuela. ¿Y por que no?, ¿acaso aquí importa algo más que la pasta?, si “Venom” funcionó en taquilla, ¿qué importa qué fuera enterrada por el público y la crítica?

De sinopsis poca, la pareja humano-simbionte formada por Eddie Brock y Venom, siguen su día a día intentando llevar una carrera periodística lo más normal posible. Pero todo cambia cuando Cletus Kasady, asesino en serie internado en la prisión, consigue un nuevo, rojizo y mortífero simbionte: Carnage.

Bien, empecemos por el tono de la cinta. Si su película de origen destacaba por un tono de ambiente barriobajero, oscuro, serio y dramático, se contradecía con unos diálogos y situaciones tan cómicas como absurdas. En esta secuela mantiene este problemático tono, pero restándole un poco de seriedad, hecho que me resulta molesto, pero que al decantarse para un lado sale un poco más rentable y, por lo menos, la comedia no está tan metida con calzador ni llega a molestar tanto, llegándose a ver menos absurda siempre que esté dentro de contexto.

La parte seria de la película se la lleva su antagonista, quien siendo el único personaje con una leve pincelada de trasfondo dramático y con una actuación de Boody Harrelson medianamente aceptable (aún que tampoco es que le meta muchas ganas) hacen de Cletus Kasady un villano con potencial pero al que el guion va en su contra, rebajándolo al típico villano de gatillos fácil que hace trastadas por el mero hecho de querer ser el más malo de los malos. ¿Lo más rescatable?: su versión simbionte, con la que gana, y con fuerza, mucha presencia en escena, demostrando que tiene suficiente fuerza como para poner a Venom entre las cuerdas. Si no llegara a ser otro villano desaprovechado ni quedarse en un insuficiente PG13…

Centrémonos en los otros personajes, de los que no puedo rescatar a ninguno, incluido al propio protagonista que interpretado por un Tom Hardy desganado y sin gancho, hace de un Eddie Brock flojo del que si te visto no me acuerdo. De todos los demás personajes secundarios, más de los mismo, no hay ni uno con la mínima posibilidad de salvación, provocándome las más sincera indiferencia.

Si “Venom” llegaba a ser tan blanda por su deficiente dirección, un CGI horrible y guion pobre, en “Venom: Let There Be Carnage” deciden acelerarle el ritmo de su metraje para que el espectador no le dé tiempo a pensar, centrándose en la cansina relación amor/odio entre Eddie y Venom, y la transformación de su villano. Pero como en la mayoría de ocasiones, las prisas no son buenas, y en este caso la velocidad es culpable de quedarse con un guion simple, con demasiados agujeros y centrado en el "que" por encima del "cómo"; pero por lo menos se hace más entretenida que su antecesora. La dirección, cambiada por un Andy Serkis, destaca bien poco, quizá haya una o dos secuencias donde Serkis sobresale (ojo a como cuenta la historia de Kasady). Pero no nos engañemos, Andy fue contratado, sobretodo, para mejorar el CGI, y por lo menos, aquí, se distinguen un poco más las formas y lo que se ve en pantalla, aún que es obvio que se usan ambientes y luces oscuras para difuminar algunas taras.

En fin, la desgracia ya estaba anunciada des del momento en que la publicidad de la cinta iba centrada, casi exclusivamente, a su escena post-créditos; mal augurio. Pero, con total sinceridad y aún que parezca contradictorio, he de decir que, a pesar de haberme cargado la película de pe a pa, y que no llego a entrar completamente en ella, tampoco llegué a aburrirme y me entretuvo durante parte de su metraje; quizá jugó a mi favor las mínimas ganas y las nulas expectativas que le tenía a esta cinta. Así que, siendo una película floja, con un guion con más agujeros que un colador, un ritmo demasiado rápido, unas actuaciones sosas con unos personajes todavía más sosos, un tono un poco más acertado, pero no lo suficiente, una dirección que apenas destaca, y un mejorado CGI, “Venom: Let There Be Carnage”, es tan simple como su propio título, pero que por lo menos, si no eres demasiado quisquilloso, te terminas las palomitas y te entretienes por un rato.
Víctor Baylach
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