Aunque desde buen inicio me temí lo peor porqué el argumento me pareció muy estereotipado, una comedia que empieza con una fiesta de celebración de un ascenso a Ministra de Sanidad, en donde los diferentes comensales invitados encarnan tópicos sociales: el filósofo materialista, el empresario sin escrúpulos, la mujer cínica, el curandero naturalista…Y en dónde además cada uno de ellos tiene un obscuro secreto o revelación para algún presente…

Fue grata mi satisfacción cuando me encontré un guion muy bien hilado, con una película perfecta de timming y con un personaje sorprendente como Marianne. Es este personaje que en parte representa a los espectadores, y que en parte representa un ausente narrador omnisciente la clave del metraje. Porqué no se ve pero juega con todos los personajes de la fiesta directa o indirectamente y cierra un guion circular de forma perfecta con una Patricia Clarkson apunto de dispararnos pasionalmente.

Una agradable alegoría que eleva el nivel del filme y lo encubra como un referente dentro de este subgénero cinematográfico.