Haz click aquí para copiar la URL
España España · marmotacinefila.com
Voto de Marmota Cinéfila:
8
Terror Los zombies se han apoderado del planeta, y el número de humanos se reduce a uno por cada 400.000 muertos vivientes. Un pequeño grupo de personas, formado por científicos y militares, se refugian en una antigua instalación subterránea del gobierno. Allí intentan contactar sin éxito con otros grupos supervivientes. Mientras, los doctores investigan el origen del fenómeno, y de su posible cura; a la vez que intentan "domesticar" a un ... [+]
27 de abril de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando hay que hablar del género zombi en el mundo del cine es muy difícil saltarse por alto el nombre de George A. Romero, un director que estuvo muy ligado a dicho género dando varias películas protagonizadas por zombis con ganas de devorar carne humana.

Si bien es cierto que tuvo películas mejores y peores en su filmografía, Romero se las apañó para traer prácticamente de la nada una película como La Noche de los Muertos Vivientes (1968), una película muy escasa en temas de presupuesto que popularizó la figura del zombi. A esta misma película se le uniría otras dos, formando una trilogía realmente sólida en su género: Zombi (1978) y la película que nos ocupa, El Día de los Muertos (1985).

1 humano por cada 400.000 muertos vivientes

Con esa desalentadora frase de uno de los personajes nos damos cuenta de la oscuridad de la historia: La película nos traslada a una instalación subterránea donde un grupo de personas ya no se enfrentan a los zombis, sino que se esconden e investigan la manera de solucionar este conflicto.

Pese a la situación, Romero no dirige intentando expresar un pesimismo constante, de hecho, de toda la trilogía esta es la que más se centra en sus personajes, un reparto coral que algunos son carnada, pero otros logran ser personajes de cierto interés, formados por militares, científicos y pilotos de helicópteros, formando bandos cada vez más enemistados por la presión de la situación.

De los personajes, los que mejor mueven la trama son 3; Sara (Lori Cardille), lo más cercano a ser la protagonista en esta historia coral, un personaje expuesto a presión constante no solo por los zombis, sino por sus compañeros, sufre de una infravaloración constante y su pareja está sufriendo una ansiedad cada vez mayor que la daña, interesante su personaje por estos componentes más que por su carisma, dando una perspectiva más mental a esta historia de zombis.

El segundo, Joe Pilato, su actuación se me hizo exagerada, cercana a un villano de cómic, pero su personaje logra caerte fatal y eso es lo que busca, y Bub, un robusto zombi que están domesticando los científicos y que Romero se apaña para conseguir que le veamos tierno, el personaje que más se recuerda de la película sin duda.

Algo que he leído varias veces sobre esta película es que se hace lenta, y es cierto que aquí Romero cocinó algo más a fuego lento que de costumbre, se preocupa por mostrarnos a los monstruos que hay dentro, tal como pasaba por ejemplo en La Niebla (2006) de Frank Darabount, y esto me encanta. Me encanta como esta es una historia donde el propio egoísmo y miedo humano hace que lo poco que queda en pie esté siendo tambaleado. Esta historia, que realmente no es compleja ni especialmente memorable, logra crear un gran clímax a base de las consecuencias de los egoísmos y equivocaciones de sus personajes, funcionando realmente bien.

Ejemplar visualmente: Aguantando el paso del tiempo sin problemas

Pero Romero no se olvida de que esta es una película de terror también, y aquí, con unos efectos especiales de Tom Savini que se mantienen realmente bien, siendo de largo los mejores efectos y las mejores muertes de toda la trilogía; la película compensa y mucho la espera, tenemos casquería para rato y buenas escenas. Los zombis en sí también están bastante más cuidados estéticamente, sin el tono de piel azulado de su predecesora.

Escenas que quiero destacar, las del entrenamiento de Bub, enseñándole a afeitarse, y ese enfrentamiento de miradas con el personaje de Pilato, como Bub a pesar de ser el enemigo se pone cabizbajo y se muestra como una criatura inofensiva, me pareció muy interesante, aunque no me olvido de algunas pasadas de rosca del Dr. Logan, muy de cómic su personaje también, me llegó a hacer sentir en un circo a veces cuando disfruta de sus experimentos rodeado de zombis.

En contraste a los magníficos efectos visuales, el sonido está a un escalón por debajo, creo que le quitó algo de seriedad a la recta final de la película. En esta parte eché de menos que escuchase algo con más seriedad, una muestra más de que Romero en el fondo no quería hacer una película tan oscura a pesar de su temática.

Mencionar, además, algunos errores de iluminación como las escenas que transcurren en las minas; no es un fallo grave, ya que, realmente son escenas más que nada transitorias, pero sí que es algo que me llamó la atención.

Lo que más me ha gustado de El Día de los Muertos (1985) y por la que la considero la mejor de la trilogía —aunque objetivamente pueda estar por debajo de Zombi (1978) en carisma de escenarios, personajes y dinamismo en el metraje— es precisamente por querer centrarse en sus personajes, por esa sensación de aislamiento no solo por los de fuera sino por las reacciones de lo que se supone que son tus compañeros.

Este tipo de relatos son muy interesantes y aquí Romero lo retrata bien, y deja además esa sensación ochentera única de ese tiempo, buena casquería demostrando la ferocidad zombi, buenas muertes y un reparto coral lejos de la perfección, pero que crea interés verlos gracias al contexto en el que están.

Una gran película del género, y puede que mi favorita de este director que tanto le debemos los fans de los muertos vivientes.

Nota: 7'5

https://marmotacinefila.com/2023/04/11/critica-el-dia-de-los-muertos-1985/
Marmota Cinéfila
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow