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España España · marmotacinefila.com
Voto de Marmota Cinéfila:
8
Intriga. Cine negro. Drama Una mañana, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), después de visitar a su padre en el hospital, encuentra entre unos arbustos una oreja humana. La guarda en una bolsa de papel y la lleva a la comisaría de policía, donde le atiende el detective Williams (George Dickerson), que es vecino suyo. Comienza así una misteriosa intriga que desvelará extraños sucesos acontecidos en una pequeña localidad de Carolina del Norte. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje de David Lynch, dos años después de la problemática Dune (1984) y de las ya por aquel entonces aclamadas Cabeza Borradora —en pequeños círculos— y El hombre elefante, aquí el director tuvo mucha más libertad que en su cinta anterior, y nos trae una historia escrita también por él, donde el misterio acaba sobreponiéndose a lo cotidiano.

Una historia oscura que puede estar cerca de nosotros

La película cuenta una aventura neo noir en estado puro, que comienza con el encuentro de una oreja humana cortada y encontrada entre unos arbustos por nuestro protagonista (Kyle MacLachlan) y que tendrá detrás una historia de locura, miedos, sentimientos oprimidos y las excentricidades propias de Lynch.

En el propio MacLachlan veremos varios rasgos del género, siendo un personaje principal sencillo, quizás en una pequeña crisis existencial, al que le empieza a devorar la curiosidad, al punto de trastocar su tranquila vida y sumergirle en el lado más oscuro del entorno que le rodea.

Lynch usa aquí el contraste en el escenario y en sus personajes. En el genial prólogo ya vemos que nada es lo que parece y bajo las apariencias hay algo amargo que está atormentando a los personajes de esta historia. O, en casos como el protagonista, es capaz de sacar su lado más oscuro en una incomodísima escena en una cama.

Aunque, quien mejor refleja esto es, sin duda, el personaje de Isabella Rossellini. Ella es la más interesante, en una desdicha, a ratos es un animal herido y en otros, una elegancia personificada, con escenas sublimes como la que canta Blue Velvet envuelta en, como no, un azul intenso, en un momento que demuestra lo mucho que puede transmitir una buena música en una gran escena. Una parte de mí se quedó en Carolina del Norte tras esta escena, y la hermosa voz de la Rossellini sigue en mi cabeza. Extraño y hermoso como su personaje.

Pero en la película ella también es un monstruo. Casi todos lo son en algún momento. La trama de Isabella y el personaje de Dennis Hopper intriga sin dejar de lado las peculiaridades de Lynch —esa máscara para respirar, o un disfraz ciertamente cómico en un momento de tensión—, y sabemos que en ambos casos, con cierta sutilidad, los infiernos de ambos.

Una lástima que no sea así en otras subtramas, como la de Laura Dern, en un personaje que se queda pequeño comparado al resto, más usada de complemento que brillando con su propia luz. Hay otros elementos que parecían tener importancia, como lo que ocurre con el padre del protagonista —que resulta ser un simple pretexto— o un Dean Stockwell con una escena enorme y que queda ahí la cosa.

El propio Kyle MacLachlan, sin ser el mejor del reparto, guarda también un par de momentos como ese “voy a dejar que os encuentren tal cual” en una ruptura de una faceta de su personaje. Pese a todo, es innegable que Terciopelo Azul es algo irregular, debido también a que en los momentos que más brilla lo hace con bastante fuerza.

“No se si eres un detective o un pervertido”

La dirección de Lynch está aquí increíble. No me extraña la nominación al Óscar. La película transmite una sensación ochentera en todo momento, pero también me recordó en algunos momentos a algunas películas de Hitchcock. Logra conseguir en muchas escenas que lo que vemos no sea lo que debe transmitirnos —las escenas eróticas resultan difíciles de ver, como ocurría en Cabeza Borradora, aquí el sexo se ve como una condena para sus personajes—.

Pero la dirección también se ayuda de la música. Terciopelo Azul es música. Si ya en su primer largometraje Lynch demostraba un uso magistral del sonido para crear un ambiente enrarecido, aquí lo vuelve a hacer sin sacrificar una estética más convencional; su uso en ella, potenciando escenas y envolviendo las mismas de buen cine.

Como en otras películas del autor, no faltan aquellos personajes llenos de misterio hasta incluso finalizada la película, o escenas y comportamientos extraños, hasta lo repulsivo, que dicen mucho de los personajes realmente. Y ya no hablemos de las excentricidades propias de Lynch, y es que hay rarezas en su cine que o te gustan o te chirrían y eso pasa aquí también.

Aquí me volvió a encantar su simbología, como con la llama tambaleante de una vela nos muestra la gradual destrucción de la inocencia de nuestro protagonista, o como adentra al espectador al interior de la dichosa oreja para advertirnos que estamos ante un retrato sobre las oscuras profundidades de varios de sus personajes.

“Es un mundo extraño”

Lynch no se olvida de la crítica. No solo vemos el sexo como una condena ni lo débiles que podemos llegar a ser ante las obsesiones. Aquí también tumba el sueño americano, idealizándolo hasta lo artificial en un par de minutos, o simplemente como ser excesivamente curiosos nos puede traer serios problemas —creo que no es casualidad, que sea precisamente una oreja el inicio de toda esta historia, la cual podemos asociar como símbolo representativo del chismorreo—.

Si bien tarda un poco en arrancar, la película mantiene un buen ritmo cuando coge forma, brilla sobre todo en su trama principal —el de todo relacionado con la dama del terciopelo azul—, más dramática y oscura, y, si las otras subtramas hubiesen mantenido el mismo nivel de calidad, estaríamos ante una historia neo-noir realmente buena.

Terciopelo Azul es puro neo-noir bañado del espíritu de este autor tan especial. A ella le debemos otras obras de culto como los videojuegos Deadly Premonition o Silent Hill 2. Si bien resulta algo irregular y el guion deja algunos aspectos de lado, resulta también una puerta de entrada interesante al cine de Lynch y que, si entras en su juego, deja huella.

https://marmotacinefila.com/2023/03/20/critica-terciopelo-azul-1986/
Marmota Cinéfila
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