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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
8
Thriller. Drama Susan Morrow (Amy Adams) es una galerista afincada en Los Ángeles que comparte una vida llena de lujos, aunque vacía, con Hutton Morrow (Armie Hammer), su segundo marido. Un día Susan recibe una novela escrita por su exmarido Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal), del que lleva años sin tener noticias. En una nota le pide que lea la novela inédita y que se ponga en contacto con él, pues se quedará unos días en la ciudad. Es de noche. ... [+]
3 de diciembre de 2016
124 de 146 usuarios han encontrado esta crítica útil
Premiada en Venecia, con el Gran Premio del Jurado, “Animales nocturnos” quizás ha encontrado mayor eco a la hora de ser vendida y estrenada. Bien le ha venido. Y no porque haya sido una maniobra promocional o un favor, simplemente, porque aparte de su indudable calidad, ha sido un apoyo a una película dura, áspera, ponzoñosa, de una crueldad tremenda y turbadora que jamás encontrará apoyo en el gran público. En principio sacará algunos beneficios en taquilla, pero con el paso del tiempo se forjará su fama de film maldito, y será atacada por el público comercial más lerdo y violento, esa clase de público intransigente que no perdona ninguna propuesta diferente o que no se sigan los parámetros habituales, mucho más por el absurdo motivo de ser de nacionalidad norteamericana, por tener a dos actores famosos como protagonistas y por no salir, como correspondería, claramente del ámbito independiente. Desde sus sorpresivos títulos de crédito, que restringirán su emisión en abierto en Estados Unidos, queda patente que es un film alejado de lo común.
“Animales nocturnos” es una adaptación de una novela de Austin Wright (1922- 2003), escritor y crítico literario que contó con el reconocimiento de amplio sector literario. Tom Ford ha sido el responsable de su complicada adaptación, de gran parte de su producción y su dirección. Para mí es la confirmación no solo de un director con gran sentido de la exquisitez, si no que se revela, salvando ciertas distancias, como una especie de Visconti americano contemporáneo, capaz de componer con gusto, y si le place, de adentrarse en submundos sórdidos con mano maestra, demostrando en todas sus facetas una solidez inusual. Ha sabido imprimir a su film desde frialdad a temperamento, hacer llegar al espectador desde el más desasosegante sentimiento de insatisfacción a, cuando se requiere, la tensión más angustiosa sin recurrir al efectismo. Su empeño era muy difícil y ha salido absolutamente airoso.
Y es que de ella me gusta todo, no hay nada que haya fallado. Su casting es ejemplar: todos cumplen perfectamente con sus personajes, desde los más secundarios, entre los que encontramos a una breve aportación de Laura Linney, que lo clava, a los de reparto (sobre todo me ha impresionado un impagable Mark Shannon como Bobby Andes) y por supuesto sus protagonistas: Jack Gyllenhaall en sus roles de Tony y Edward, en una de sus más difíciles y mejores composiciones, junto a la que parece ser la revelación del año, Amy Adams, en el papel de Susan Morrow, un rol muy difícil, que arranca con ese look impecable casi a lo Veronica Lake y que lentamente se va desmembrando. Suponemos que, al ser tan políticamente incorrecta, la nominación al Oscar como actriz este año le caerá por su gran labor en “La llegada”.
La factura del film es de primera, es como si se tratase de un film de David Lynch pero sin devaneos, afilado como un dardo, con una fotografía espléndida, un vestuario que en apariencia no llama la atención pero que es un muestrario de distinción, escenarios muy bien elegidos y una banda sonora muy bien pensada que constantemente envuelve las diferentes historias que se entrelazan.
Película inteligente que Ford ha resuelto con astucia todos los obstáculos que se le planteaban y que deja poso. El veneno, al que aludíamos al comienzo del comentario, es lento y deja rastro, por lo que se la recuerda con cierto temor, pero reconociendo que se trata de una de las mejores estrenadas este año.
Maggie Smee
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