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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
4
Drama Adaptación del musical homónimo, que ganó un premio Emmy. Narra la historia de cuatro jóvenes de Nueva Jersey que iban por mal camino hasta que se unieron para crear el icónico grupo musical The Four Seasons”, liderado por Frankie Valli. La historia de sus esfuerzos, disputas y triunfos va acompañada de las canciones que influyeron en toda una generación. (FILMAFFINITY)
6 de septiembre de 2014
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No se puede ser eterno. Sería necesario intuir el momento exacto para retirarse a tiempo. Soy tozudo. (…) Nunca he pretendido ser un gran director. Me he contentado con acercarme a la verdad de las cosas, no a las cosas en sí mismas. ¿Lo he conseguido? No me corresponde a mí juzgarme.” Esta reflexión tan acertada de John Huston fue confesada a Antonio Pelayo y a un colega suyo italiano a primeros de los años setenta en Madrid, tal y como cuenta Pelayo, en su estupenda crítica de “Paseo por el amor y la muerte” que hizo para el grupo Reseña. Tras ese periodo de toma de conciencia, Huston retoma su carrera con fuerza, y aunque sigue dando a veces títulos menores también provocó un giro en su carrera y el que rodara films excelentes, entre otros por ejemplo la gran obra maestra “Fat City”, la adorada por muchos críticos “El hombre que pudo reinar” o hasta su broche final con “Dublineses (Los muertos)”. Fue un ejemplo de honestidad y capacidad crítica. Y precisamente Eastwood, admirador de Huston como ya dejó claro en su “Cazador blanco, corazón negro”, ya podía haber hecho hace algún tiempo una reflexión de semejante calibre en su propio beneficio como director, porque además ya en esa ocasión se basaba en una novela de 1953 de Peter Viertel donde narraba sus experiencias con Huston en la preparación de “La reina de Africa”. Eastwood, que ya se había acercado al “musical” hace años con uno de sus mejores títulos, “Bird”, vuelve a acercarse a este género con más medios, más renombre pero con una falta de creatividad absoluta. No está mal dirigida, Eastwood, al igual que el zorro irlandés de Huston, ya está experimentado y sería raro que dirigiera torpemente, pero “Jersey Boys” delata desidia, está carente de alma, de nervio, y se hace larga, quizás porque no aporta nada a lo ya sabido sobre los biopics de formaciones de grupos musicales. No se empatiza con sus personajes que se hacen reiterativos porque personalmente no avanzan, sus devaneos no quedan bien narrados y no se cuenta nada más que el desarrollo de la propia historia. A veces se “interrumpe” el ritmo con monólogos de sus actores a cámara, (¡qué difícil es hacer bien eso!, que por cierto tampoco es nada nuevo en el cine) y están muy mal resueltos, ya que se los podía haber ahorrado porque no aportan información relevante al espectador. En los créditos finales, mientras suena una canción, se incluye una coreografía con todos los que han salido en pantalla, donde se nota además que todo proviene de una adaptación de una obra musical para el teatro. Quizás como ardid para que el espectador no huya fuera de la sala es buena idea, pero creo que ese “desparpajo colorista” es la línea que tenía haber seguido Eastwood durante toda la película, y no un tono falsamente solemne cuando la historia no daba para ello. Su ambientación agrada, todo es correcto pero creo que se trata de una de las películas más mediocres de su autor. El reparto cumple (aunque Walken está desaprovechado) y su sonido es bueno. Pero está llena de detalles que se ven que no se lo han currado en exceso, desde su distribuidora al subtitular parcialmente algunos fragmentos musicales, no todos, no sé el motivo, a tomas donde la cámara se acerca demasiado a los coches y como solución para que no se vea es bajar todas las ventanillas, aunque se trate de un coche aparcado. Puede que sea el momento para que Eastwood se plantee su carrera como director, sin ánimo de que se sienta ni ofendido ni de ser destructivo para provocarle una depresión, sobre todo porque el resultado de un análisis personal profundo puede generar mayores satisfacciones. Y no es cuestión de si no queda mucho tiempo, es cuestión de si quedan muchas ganas.
Maggie Smee
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