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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
9
Romance. Drama Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica "Blue", de Julie Maroh. (FILMAFFINITY) [+]
31 de octubre de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La vida de Adèle” (Capítulos 1y 2), (no sé por qué se ha omitido parte de su título en la traducción) fue la ganadora en 2013 de la Palma de oro en Cannes. Ese galardón le ha abierto las puertas a una distribución más amplia, colándose en el panorama cinematográfico como una película comercial, como le ha ocurrido a muchas películas a lo largo de la historia, pero con el pequeño matiz añadido de que, en un mundo dominado por la influencia masculina (y no me refiero al sector del cine sino al mundo en general) es como un triunfo con más mérito, porque aunque vaya firmada por un señor, llamado Abdel Kechiche que ha hecho una magnífica labor, la película es una historia de amor lésbica, un triunfo femenino, que no lleva rastro alguno de juicios o prejuicios que pudieran empañar su intención. Creo que su visión en absoluto se restringe a curiosos o militantes ya que consigue “cine”, y por lo tanto hace que sus valores predominen sobre cualquier cuestión que no sea la cinematográfica. Realmente tiene momentos excelentes y consigue transmitir lo que muchos cineastas no han sido capaces de captar: lo difícil que es plasmar un beso, una caricia, una sonrisa, un vaivén del pelo o una mirada iluminada por el atardecer sin caer en la cursilería, como yo ahora mismo, y lo más difícil, que sus escenas de sexo explícito sigan la línea explorada por otros, (y sin salir del cine francés), desde Genet llegando a por ejemplo Chéreau, donde la complicidad y la profesionalidad salvan esas escenas del porno más malintencionado. Para ello marca su director un estilo muy personal, delega bastante peso en la pareja protagonista, que además debe tener química, y se toma el tiempo requerido, que si en este caso son tres horas, le importa un bledo porque las va a invertir en una pormenorizada y nada acelerada disección. También es verdad es que no sé adónde nos lleva finalmente la película, en el caso de que tuvieran que conducirnos a algún lugar, pero quizás ese sea el sinsabor que pueden dejar esta clase de historias de amor, que lo que tienen de veraces también lo pueden tener de tristes. Sus impagables actrices Adèle Exarchopoulos, como la joven y dúctil Adèle, y Léa Seydoux, sobre todo teñida de azul, tan sofisticada como personal, hacen unas fabulosas interpretaciones, capeando con gallardía impecable el estar siempre seguidas con cámara acechante, invadiendo toda intimidad y anulando cualquier posibilidad de dar gato por liebre.
El gran pesimismo, me temo, es que todo esto será gloria de un día. No sé si animará a otros directores, en el caso de que sean capaces, a ser tan profesionales como sinceros para conseguir igualar la calidad de sus futuras películas, o si por el contrario, a falta de talento, nos van a empezar a infestar con escenas de sexo casposas. La película cumple con creces, ya que también ha puesto su grano de arena, quizás granos, en aportar socialmente desde una inquietud por la cultura a una liberalización en las relaciones amorosas, para su mayor respeto y comprensión, cosa que a estas alturas la humanidad todavía no ha logrado y a saber cuánto tardará…
Maggie Smee
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