Corresponde a White zombie el honor de haber introducido la figura del zombie en el mundo del cine, pero será I walked with a zombie el primer gran clásico protagonizado por muertos vivientes.

El género como tal aún tardará treinta años en nacer, y poco se puede decir de esta película desde la perspectiva del análisis del apocalipsis. I walked with a zombie es un melodrama clásico con su clásica tensión sexual, casta y pura como corresponde a la época, aderezada con los misterios del vudú caribeño. La turbadora presencia de lo que parecen ser zombies y un final inolvidable convierten la obra en un imprescindible de su tiempo, pero sus limitaciones técnicas y morales la envejecen y condenan a las aulas de historia del cine. [7]