Érase una vez un chico, un chico embrujado y muy extraño. Dicen que había llegado de muy lejos. De muy, muy lejos, por tierra y por mar. Algo tímido y de expresión triste, pero muy sabio, eso sí.
Un buen día, un mágico día, se cruzó en mi camino y mientras hablábamos de muchas cosas, de bufones y de reyes, me dijo esto: “Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido.”

Desde estas primeras frases con las que comienza, la película ya me cutivó. La verdad es que de primeras no estaba muy convencida, me costó "arrancar" y verla. No obstante, después de hacerlo os juro que me llegó al corazón. Todo, absolutamente todo me trasladó a una Francia que parecía luminosa, maravillosa y atractiva.

Aparte de que como protagonistas tiene a dos de las grandes estrellas del cine a las que adoro (cosa que me hizo decidirme a verla por fin), el argumento en plan "Dama de las camelias" me fascinó. No es muy sorprendente, pero es precioso.
Desde la música (que personalmente no he visto ningún musical con música como esta) hasta la fotografía, vestuario, etc; no tienen desperdicio.

La recomiendo totalmente, aunque solo si te gustan las películas románticas.