Independientemente de las críticas con respecto a la corrección histórica sobre la exactitud de datos o personajes (comprensible en un film comercial, que además lo deja claro en su inicio). 1898 nos pone en contexto histórico -con una retrospectiva muy actual de lo que fue la caída de los residuos del imperio español de ultramar, los nacionalismos locales, y el inicio de la hegemonía de los Estados Unidos de América en el escenario internacional.
Impecable factura de dirección, interpretación y fotografía, que en un film con abundantes escenas de acción no deja decepción alguna al compararse con las habituales producciones norteamericanas de mucho mayor coste.
Añade un muy bien intencionado y respetuoso enfoque con respecto a los colonialismos, la religión, la caída del imperio español, la psicología de las personas en entornos de autoridad y su mezcla con los sentimientos de atracción amorosa o las debilidades de cada individuo: desde locuras de gloria de personas que justifican su existencia en un exceso de apreciación de la norma militar, hasta otros cuya adicción nada tiene que ver con la gloria militar, sino con los efectos adictivos del opio, con un efecto -muy a tener en cuenta- similiar a la hora de tolerar la insufrible situación que los personajes viven.
El gran trabajo de una mezcla de veteranos actores españoles conjugados con un elenco de jóvenes que dejan interpretaciones de gran nivel nos hace vivir una aventura que se hace breve pese a su agradecido metraje.
A nadie decepcionará ni dejará indiferente.
Quizás no es una película para éxito en la inmediatez de la taquilla, sino para figurar entre los títulos a recordar en cualquier época, actual o por venir, de los aficionados al buen cine.