Cuando lees que el gran Steven Spielberg ha hecho una película del presidente Abraham Lincoln, lo que pretendes encontrarte es con la historia de parte de la vida de Lincoln, centrada bastante en el aspecto político, eso sí, pero no dos horas y media de metraje centrados en las discusiones previas que fueron llevadas a cabo antes de la aprobación de la 13ª Enmienda.
Es una sucesión de planos sombríos, de debates y más debates políticos, y todos giran alrededor del mismo tema. *
Es demasiado lenta, y muy aburrida. Hasta la BSO del gran John Williams es plana y sin vida, al igual que la fotografía.
El montaje tampoco es impresionante.
Lo mejor de la película son las interpretaciones. Gran actuación de Daniel Day Lewis (que llega a desaparecer por completo para parecer el mismo Lincoln), también hay que destacar las excelentes interpretaciones de los secundarios, Sally Field y Tommy Lee Jones.
Mi nota ha sido un 7, pero se debe en gran parte a la última media hora de la película (donde la acción toma forma por fin) y a las interpretaciones de los actores.
En fin, una película con un claro propósito. Conseguir el mayor número de galardones en la próxima edición de los Oscars y de forma descarada.