Ciertamente “Gran Torino” es un fruto maduro del gran árbol de la sabiduría de Clint Eastwood. Esta obra fílmica es el resultado de todo el trabajo anterior de este gran cineasta. Es una condensación maravillosa de habilidad interpretativa y de dirección.
Como director ha elegido un guión muy sólido, tratado con maestría. Ha dirigido un plantel de actores secundarios sin mucha experiencia pero muy implicados en el proyecto. Ha tratado de una forma muy humana los problemas cotidianos de sus conciudadanos. Ha realizado su proyecto como si viera la realidad mediante un prisma que le muestra de un solo vistazo un gran número de puntos de vista para culminar con un maravilloso resultado de poesía fílmica, realista, violenta en ocasiones, conflictiva, pero como la vida misma.
Como actor ha sido capaz de hacer una nueva demostración de carácter interpretativo, de ser un vivo retrato del hombre americano de su generación. Se ha puesto en la piel de Walt Kowalski de tal forma que ha personificado con suprema maestría el interior psicológico de una persona atormentada, pero humana, buena y con ganas de aprovechar toda su vida desde su principio hasta su final.
Ha conjugado sus labores en la película, una vez más, de forma maestra, como lo que es, haciendo que nos transportemos a los problemas reales de gente real. Ha logrado captar nuestra atención de tal forma que nos impliquemos profundamente en aquello que nos contaba. Se ha hecho acompañar por un reparto de secundarios que han cumplido con creces con su labor. Que han actuado con grandiosidad, ayudados por su director, han realizado una labor magnífica, han sido reflejo de la gente de su tiempo, de la gente de su país, de la vida que les toca vivir y que nos quieren hacer ver cuan compleja y dura puede llegar a ser, y lo han hecho bien, muy bien.
La fotografía ha sido también muy cuidada. Las luces y las sombras se han tratado de forma elegante, distendida, dando a cada momento su luz ideal de tal forma que el espectador pueda agudizar los sentidos necesarios, en cada secuencia, para captar los elementos esenciales de la escena de la mejor forma posible.
La música de la película también es digna de mención. Los temas están elegidos, uno a uno, con mimo, se podría decir. Eastwood y Stevens han sabido realizar su, importantísima, parte del relato adecuando, toda la faceta sonora, a la visual para que la película discurra con elegancia, de principio a fin. Gran trabajo de ambos con la sonorización del film.
En conclusión, “Gran Torino” es una nueva obra maestra de Clint Eastwood, dirige y actúa de manera magistral, tiene un reparto, perfectamente seleccionado, que le ha facilitado llegar al hermoso resultado final, que no hubiera sido posible sin la música, mención especial a los leitmotiv empleados de forma recurrente. Todo ello culminado con el toque final, del gran director, que ha realizado una película perfecta, de principio a fin. Sobresaliente.