Es injusto tratar esta película como "el nuevo cine cubano"; sería no hacer justicia a las enormes cualidades que esconde. Empezando por su visión de la Habana: melancólica, triste, maravillosa, absurda, como la fresa y el chocolate; una visión de la Habana que es como la visión de nuestra propia vida. Como se parece a la vida esta película.
Luego es un canto a la libertad, a la poesía, a la música, y lo mas importante,....el derecho a ser uno mismo. Y no nos olvidemos del amor, porque el amor empapa todo el argumento, un amor un poco triste, y a veces optimista, y esperanzador.
No es que me quiera poner sensible, pero es que este "nuevo cine cubano" te lleva a amar la vida, y a ser mejor persona. Y eso es arte.
Sustentada en el increíble trabajo de sus actores, sobresale por supuesto Jorge Perugorria, donde con este papel dio su lanzamiento definitivo a su estrellato. Sencillamente espectacular en su actuación, donde te acabas enganchando irremediablemente a el. ¡Que digo!, a este trío de personajes que son un poco de Cuba y un poco de nosotros mismos, es un reflejo de nuestra propia existencia.
Cuantas cosas esconde este precioso cuento, pero una por encima de todas: ¡la vida en si misma!.