Todos los años la empresa americana del cine se ve obligada a producir cintas como ésta porque, seamos lógicos, les puede más ganar una buena cantidad de dinero procedente de la taquilla que intentar hacer algo de acorde con el arte cinematográfico. Un año atrás salió "American Pie" y revolucionó el cine adolescente porque a pesar de que se trataba de otra americanada más, resultaba que la cinta era realmente buena, reflejaba de forma cómica y a la vez adulta el despertar sexual en la adolescencia, temas recurrentes en este tipo de cine. Sin embargo, a partir de "American Pie" salió una oleada de cintas de las que se podría decir que se encargan de parodiar la película que les dió origen.

Kirsten Dunst decepciona, al igual que todos sus compañeros de reparto, y las coreografías son absurdas y al igual que esa batalla entre blancos y negros o más bien entre ricos y pobres. Si se puede encontrar un mensaje, sería en estas secuencias en las que abordan simbólicamente el tema del racismo.