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España España · Barcelona
Voto de Laura Prat:
9
Drama Ricky y su familia han estado luchando contra las deudas desde la crisis financiera del año 2008. Afortunadamente para ellos se presenta una gran oportunidad para conseguir tomarse un respiro y optar, incluso, a algo de independencia gracias a una nueva furgoneta. La familia decide crear una franquicia de entregas a domicilio. Es un trabajo duro y que la mujer de Ricky sea asistente no es algo que facilita la situación. Sin embargo, la ... [+]
25 de abril de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Ken Loach llega unos años después de la crisis que busca retratar, pero está más vigente que nunca. A partir de 2008 vinieron años duros para muchas personas, pero sobre todo para aquella población mayoritaria que es la clase trabajadora. Y, como no, aquí está Loach.

El colectivo que ha elegido esta vez para protagonizar su retrato-denuncia social ha sido una familia intencionalmente normal, (esto que cruelmente define tanta gente como) “trabajadora pero bien”. Sin (demasiado) alcohol, sin drogas, sin delitos, o dramas sociales especialmente graves. Ha huido del fatalismo del que se le acusa para mostrar un lado más esterilizado de la realidad obrera, esquivando, así, el reproche burgués al que le sienta tan mal y le incomoda tanto que se muestre el extremo; por si acaso no es la mayoría, y así se puede seguir sintiendo bien.

La familia de “Sorry we missed you” tiene una vida, dentro de su colectivo, aparentemente estable hasta que cae en la trampa de las condiciones laborales precarias teñidas de libertad de elección e independencia. Les atrapan las garras del neoliberalismo sin complejos encarnado por trabajos como los cuidados a domicilio y, sorpresa, Amazon. También, a través de la experiencia de los hermanos, el sistema educativo inglés queda salpicado por la crítica de la película; incapaz de empatizar, que no vela por la inclusión y la solidaridad, y aliado del sistema que expulsa.

El columpio del que mece la dignidad humana en manos de este sistema social se hace tan evidente gracias al cuidadísimo artilugio que es la trama de este film, que no queda ningún tema sin tocar. Sin excesivo derrotismo, sin caer en la lagrimita fácil, sin fatalismo. Es una foto completísima e impecable de la realidad capitalista actual. Es una denuncia política tan transparente y honesta, como delicada y tierna.
Laura Prat
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