La vi anoche y realmente he disfrutado mucho con ésta película. Diez años después de "Gran Torino", el legendario Clint Eastwood vuelve a ejercer como actor/director en una película. Y lo hace de la mejor manera, como solo él sabe hacerlo.

En ésta oportunidad, encarna a un floricultor octogenario arruinado, sin medios y con una familia que no quiere saber nada con él, ya que estuvo tanto tiempo dedicado a cultivar raíces de otras flores...antes que las suyas. Pero se le da la oportunidad de un trabajo simple, que es conducir por las rutas, solo para enterarse después que se ha convertido en la "Mula" de un cartel mexicano de drogas.

Eastwood lleva ésta película a su ya clásico estilo: con una presencia todavía imponente en sus escenas (aún a sus 88 años) y un argumento que sabe atrapar al espectador desde la simpleza y la solidez en la narrativa de la historia, sin recurrir a efectos especiales ni a chistes sin sentido.

En cuanto al resto del reparto, destacaría las labores de Bradley Cooper haciendo del agente de la DEA Colin Bates y de Dianne Wiest, interpretando a la sufrida ex-esposa de nuestro personaje. No es nada raro lo de Cooper, ya que ésta es la segunda vez que trabaja bajo las ordenes de Clint después del gran trabajo realizado en "Francotirador" (American Sniper). Y en el caso de Wiest, tiene la cantidad de escenas justas para que nos encariñemos con su personaje, todas y cada una muy bien llevadas.

Quizás podría incluir también a Alison Eastwood (hija de Clint en la vida real), quien irónicamente, interpreta a su hija en la película, distanciada y totalmente resentida. Pudo haberse aprovechado un poco mejor su papel (recién en los últimos momentos del film es cuando se muestra un poco más), pero con un padre como Clint Eastwood llevando el film casi en su totalidad delante y detrás de las cámaras, se hace muy difícil.

Mucho se ha dicho que ésta podría ser la última vez que se lo vea al gran Clint Eastwood en la pantalla. Si efectivamente es así, entonces se despide a lo grande, como es él.