Ya pasado el tiempo esta saga se ha convertido en uno de los titanes de la ciencia ficción más cómica de los años 80, bien recibida en el momento de su estreno, redescubrir este clásico con personas que (por misterios de la vida) aún no han tenido la oportunidad de verla es como darles un regalo del que nos sentimos orgullosos.

Partiendo de la historia que nos presentan en la primera película, Doc, un científico transgresor y poco convencional en lo que a medios y a sus teorías respecta, logra desentrañar la clave para hacer realidad los viajes en el tiempo mediante el uso de un Delorean (aquí asistimos al nacimiento del condensador de fluzo) pero los medios materiales para hacerla funcionar no están al alcance de muchos, por lo que recurre a la “ayuda” de los libios que no quedarán muy satisfechos con la transacción. Esto acelerará los acontecimientos y hará que, después de Einstein, Marty se convierte en el primer viajero en el tiempo.

Así las cosas, un solo y confundido Marty Mcfly viajará a su pueblo natal en 1955, coincidiendo con la tardía adolescencia de sus padres. A partir de aquí asistiremos a una batalla por no interferir en las líneas temporales de los protagonistas y por no dar lugar a paradojas temporales, el gran enemigo de todo viajero en el tiempo.

En la segunda entrega de la saga, y enlazando casi instantáneamente con la primera, Marty y Jennifer (su novia) necesitan viajar al futuro (año 2015, así que oficialmente ¡en unos días entramos en el futuro amigos!) para salvar la vida de sus futuros hijos. Repitiendo los patrones que le dan continuidad a esta cronología familiar de los Mcfly, Marty tendrá que luchar contra los abusones, encarnados esta vez en Griff (nieto del abusón de su padre Biff). Pero no se queda aquí la historia, y es que cuando Marty decide comprar un almanaque deportivo con los resultados desde 1950 al año 2000, no sabe el caos que va a provocar en el continuo espacio-tiempo. Futuro, pasado, presente, y vuelta a empezar, y es que en esta loca historia sobre viajes en el tiempo, que es una referencia completa a la primera película, podremos profundizar en aspectos como el miedo a lo que el futuro nos depara o el valor de las trayectorias vitales, ¿qué más se puede pedir?

Todas las películas de la saga fueron dirigidas por Robert Zemeckis, y producidas por Steven Spielberg, y como dato de interés no sé si sabíais que esta historia no fue concebida como una trilogía en origen. La idea original solo incluía la primera parte de la saga, pero el éxito en taquilla que constituyó animó a la productora a impulsar un proyecto formado por dos películas más, que además, fueron rodadas a la vez (al final de la segunda parte podemos ver cómo nos introducen en la problemática de la última entrega, que a nuestro juicio es la más floja de todas). Y en este sentido, el equipo de producción no estaba equivocado, ya que el éxito en taquilla de la segunda entrega fue sonado, llegando a ser la segunda película más taquillera de 1989.

En breve entraremos en el futuro, y seguro que muchos esperabais ese momento para poder ir en coches voladores o usar aero-monopatines (por cierto, esto parece que no queda tan lejos), malas noticias, “Regreso al futuro” esperaba más del progreso tecnológico de la humanidad, pero bueno, sólo démosle más tiempo a los científicos, entre el público friki siempre hay mercado ;). Y es que elementos como este, o simples palabras como Delorean o Condensador de Fluzo, hoy día se han convertido en símbolos, en emblemas del cariño que el público y la crítica le tienen a este gran clásico del cine fantástico.

En cuanto a los personajes queda poco más que decir, Doc y Marty son una de las parejas cómicas más divertidas y entrañables del cine fantástico, permitidme que os lance otra recomendación aprovechando el homenaje a este par de genios. Dan Harmon, creador de una de nuestras series cómicas actuales favoritas “Community”, ha estrenado hace relativamente poco una serie de animación que a todos aquellos que os guste la ciencia ficción y os haga reír el humor más absurdo seguro que os va a conquistar, “Rick and Morty”. Aquí veremos como un viejo doctor chiflado y su nieto (con ninguna habilidad remarcable) viven aventuras viajando en el tiempo y en el espacio, nada más que en su estética veréis el tributo que se rinde a la película que hoy nos toca.

Del elenco mencionar la triste historia de Michael J. Fox (Marty McFly). Al finalizar el rodaje de estas películas, y coincidiendo con el estreno de la tercera parte, le fue diagnosticado Parkinson, esta grave enfermedad degenerativa tan poco común entre gente joven ha condicionado su carrera cinematográfica. Después de “Regreso al Futuro” participó en varios títulos más que incluso le llevaron a galardones como el Globo de Oro, pero en el año 2000 tuvo que retirarse, desde entonces se ha dedicado a ser actor de voz, hasta hace poco. Y es que en septiembre de 2013 comenzó a protagonizar la serie “The Michael J Fox Show” en la que se retrata de una manera caricaturizada las dificultades de un hombre con su enfermedad pero desde una perspectiva optimista de superación, la serie, todo sea dicho, más allá de su premisa inicial no esconde nada más, esto ha sido compartido por la audiencia que cautivada por volver a verle en pantalla dejó de seguir la serie por su baja calidad. Lo sentimos M.J. Fox, pero no te salió muy bien la jugada.

Cinemásticas, haz hueco en tu calendario.

https://cinemasticas.wordpress.com/2015/01/03/regreso-al-futuro-ii-1989/