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España España · Sevilla
Voto de Macondina:
10
Drama En un elitista y estricto colegio privado de Nueva Inglaterra, un grupo de alumnos descubrirá la poesía, el significado del "carpe diem" -aprovechar el momento- y la importancia vital de luchar por alcanzar los sueños, gracias al Sr. Keating, un excéntrico profesor que despierta sus mentes por medio de métodos poco convencionales. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El día 5 de octubre se conmemora el Día Mundial de los Docentes y la primera película en la que todos pensamos por su trama y por su reparto fue “El Club de los Poetas Muertos” (1989), con el reciente fallecimiento de Robin Williams ninguno quería perder la oportunidad de dedicarle, ya pasado el shock inicial de la noticia, un momento en nuestra agenda.

Esta película dirigida por Peter Weir, encargado de la dirección de otros títulos como “Master and Commanders: The Far Side of the World” (2003) o “The Truman Show” (1998), aborda una temática que a nadie deja indiferente: la educación de los jóvenes. Trata el tema desde un punto de partida que invita al debate: educar para la vida o para el trabajo.

Robin Williams interpreta el papel de John Keating, un profesor que empieza a impartir clases en una academia elitista sólo para chicos de Estados Unidos. Con esa fuerza y energía características de aquellos movidos por su vocación, Keating intenta enseñar a un grupo de chicos cuyas vidas desde temprana edad están enfocadas a un gran futuro laboral, a pensar por sí mismos, a cuestionarse lo establecido, retándoles a seguir a su corazón por encima de esas grandes metas.

“Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba.”

-John Keating.

Estos pensamientos, vistos como revolucionarios en su contexto de rigidez institucional, acaban por calar hondo en sus jóvenes mentes, llevando a Neil Perry (Robert S. Leonard, el cual será muy familiar para los seguidores de la serie de EEUU “House”) a retomar una vieja costumbre que Keating, ex alumno del centro, tenía cuando era joven. Esa costumbre, lejos de dañar a nadie, abría sus mentes y les animaba a ser algo más que profesionales de exquisita formación, así se vuelve a reunir el Club de los Poetas Muertos, lugar de reunión para recitar a grandes clásicos y compartir la belleza de la poesía.

De la mano de los estimulantes nuevos métodos de Keating y el desarrollo de las reuniones del club, algo empieza a crecer dentro de ellos, el joven Todd Andersen (Ethan Hawke) va saliendo de su caparazón de timidez y miedo, y Neil, aún sin el apoyo de su padre, da el paso de acercarse al mundo del teatro para cumplir su sueño de ser actor. Como si de una obra de Shakespeare se tratara, los hechos van llevando a la catástrofe.

El debate está abierto en muchos sentidos, ¿en qué deben formarse nuestros jóvenes, en ser personas o en ser técnicos bien preparados? ¿Cómo padre, has de dejar que tu hijo crezca y el mismo elija o has de guiarlo en el camino que “más le conviene”?

“Que tú estás aquí, que existe la vida y la identidad, que prosigue el poderoso drama y tú puedes contribuir con un verso.”

-John Keating

La actuación de Robbin Williams es de las que llega hondo, es fácil sentirse identificado con esos jóvenes y soñar con tener un profesor como él, alguien que apueste por ti y se interese por enseñarte cómo usar tu libre pensamiento. Para nuestro gusto, es una de sus interpretaciones para la posteridad, ya que aunque nunca haya sido en realidad nuestro profesor, siempre será nuestro

“Oh capitán, mi capitán”. Descanse en paz.

Las interpretaciones de los alumnos, sobre todo la de Neil Perry, emocionan al espectador, no es complicado encontrarnos con personas sometidas a su misma presión. Quizás su tragedia debería hacernos pensar un poco más en hasta qué punto un padre sabe lo que le conviene a su hijo. Tal y como dice Keating, las ciencias y la técnica dignifican al ser humano, pero la belleza, lo que le da sentido a la vida son la poesía y sus grandes temas como el romanticismo o la reflexión vital. Buscar el bienestar económico de un hijo o de aquellos a los que quieres no es un hecho deshonroso, no me malinterpreten, pero ¿hasta qué punto el coste de prescindir de una parte de nosotros mismos es peor que una vida humilde?

Ha sido un placer dedicar esta tarde de domingo a volver a ver un clásico que forma parte de nuestra infancia, y sobre todo poder reunir todos los pensamientos que evoca y compartirlos aquí con vosotros. Dejamos muchos interrogantes y debates abiertos, porque queremos saber vuestra opinión, ver qué es lo que a vosotros os ha tocado “la fibra sensible”, qué aspectos compartís con nosotros y cuáles no.dead poets society

“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (…). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos.”

-John Keating.

https://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/05/las-ideas-y-las-palabras-pueden-cambiar-el-mundo-el-club-de-los-poetas-muertos/
Macondina
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