Media votos
6,6
Votos
603
Críticas
67
Listas
2
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Gepeto:
8
6,8
1.695
Drama
México. Estado de Chihuahua. Comunidad de los Menonitas. Johan, casado con Esther, con la que tiene siete hijos, vive desde hace dos años una historia de pasión con Marianne. Entre sus dos vidas, sus dos mujeres, la elección es imposible. Confiesa su situación a su amigo Zacarías y a su padre, que es predicador y considera que la vida de su hijo se halla bajo la influencia del diablo. Sin embargo, los dos lo apoyan, lo compadecen. Y lo envidian... (FILMAFFINITY) [+]
19 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza con calma, calma, más calma, joder qué calma.
Despacito, tenemos que contar una historia donde la naturaleza dicta sus normas. El universo tiene 13000 millones de años (según Lawrence Krauss) y nosotros estamos aquí y ahora, así que despacio. En comparación con esos años y los que le quedan a eso, nosotros vamos a estar aquí apenas un lapso de tiempo así que prestemos atención que de aquí a nada se va la Especie a freir espárragos.
Y el tío Reygadas parece que siente vértigo ante estas magnitudes y quisiera parar el tiempo de los humanos para ver si se puede transcender a ese universo. Para ver si podemos hacer que ese cabronazo gigantesco deje de bostezar indolentemente y nos preste un mínimo de atención.
Así que vamos a aplicarnos y vamos a poner a Dios en el frente de nuestras miras. Vamos a centrarnos en él y ver si al final hay recompensa. Y al hacer esto el hombre pasa al segundo plano de nuestra atención con todo el riesgo que lleva eso, porque de nosotros mismos sí que necesitamos atención.
La idea para conectar con Dios conlleva una serie de sacrificios entre los que se incluyen callarse la boca lo más posible y no mostrar emociones, como hace él. Pero ese segundo plano de atención no la borra toda. No, hay cabida para una forma de empatía, aunque vencida y aplastada. Pero tiene que ser sutil y comedida hasta los tuétanos. La justa para sobrevivir en la más espartana austeridad visceral. ¡Para hablar con Dios no se puede levantar la voz! Y a ser posible ninguna otra cosa.
La luz, apagada o espléndida lo impregna todo y se trata de que repare en nosotros al mimetizarnos con esa naturaleza aemocional. Y al spoiler de cabeza.
Despacito, tenemos que contar una historia donde la naturaleza dicta sus normas. El universo tiene 13000 millones de años (según Lawrence Krauss) y nosotros estamos aquí y ahora, así que despacio. En comparación con esos años y los que le quedan a eso, nosotros vamos a estar aquí apenas un lapso de tiempo así que prestemos atención que de aquí a nada se va la Especie a freir espárragos.
Y el tío Reygadas parece que siente vértigo ante estas magnitudes y quisiera parar el tiempo de los humanos para ver si se puede transcender a ese universo. Para ver si podemos hacer que ese cabronazo gigantesco deje de bostezar indolentemente y nos preste un mínimo de atención.
Así que vamos a aplicarnos y vamos a poner a Dios en el frente de nuestras miras. Vamos a centrarnos en él y ver si al final hay recompensa. Y al hacer esto el hombre pasa al segundo plano de nuestra atención con todo el riesgo que lleva eso, porque de nosotros mismos sí que necesitamos atención.
La idea para conectar con Dios conlleva una serie de sacrificios entre los que se incluyen callarse la boca lo más posible y no mostrar emociones, como hace él. Pero ese segundo plano de atención no la borra toda. No, hay cabida para una forma de empatía, aunque vencida y aplastada. Pero tiene que ser sutil y comedida hasta los tuétanos. La justa para sobrevivir en la más espartana austeridad visceral. ¡Para hablar con Dios no se puede levantar la voz! Y a ser posible ninguna otra cosa.
La luz, apagada o espléndida lo impregna todo y se trata de que repare en nosotros al mimetizarnos con esa naturaleza aemocional. Y al spoiler de cabeza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y mira tú por donde, en medio de esa calma, resulta que hay un personaje que lo consigue. No solo la luz repara en él (ella en este caso) sino que encima le da su poder. Algo así como si la luz dijera: - Tanto tocar los cojones a conciencia ahí va eso, ahora te jodes y miras a ver si lo sabes hacer mejor que yo.
Y la chica utiliza ese poder y se sacrifica para dar vida. Da vida y desaparece. (Cosa que llevan haciendo muchas mujeres desde el inicio de los tiempos y ese sacrificio silencioso merece por mi parte el más absoluto de los reconocimientos y respetos. IGUALDAD YA.)
Lo gordo es que eso lo podía haber hecho perfectamente sin que la luz le diera ningún poder. Ella ya tenía antes la capacidad de desaparecer y dar vida a la otra antes de que muriera. Y el otro capullo ansía que todo vuelva a ser como antes, cosa que también estaba en su poder anteriormente.
Así que la luz se vuelve otra vez tenue y antes de desaparecer dice: - Iros todos a tomar por culo, pedís un poder que ya teníais y no os sale de la minga utilizarle porque sois unos mediocres, y de paraíso después de la vida nada, porque ya tenéis bastante regalo con vuestro tiempo, pedazo de roñosos. Así que me vuelvo a mi siesta infinita y mirad a ver si de una puta vez pasáis de mí y os centráis en vosotros, que ya va siendo hora.
Y la chica utiliza ese poder y se sacrifica para dar vida. Da vida y desaparece. (Cosa que llevan haciendo muchas mujeres desde el inicio de los tiempos y ese sacrificio silencioso merece por mi parte el más absoluto de los reconocimientos y respetos. IGUALDAD YA.)
Lo gordo es que eso lo podía haber hecho perfectamente sin que la luz le diera ningún poder. Ella ya tenía antes la capacidad de desaparecer y dar vida a la otra antes de que muriera. Y el otro capullo ansía que todo vuelva a ser como antes, cosa que también estaba en su poder anteriormente.
Así que la luz se vuelve otra vez tenue y antes de desaparecer dice: - Iros todos a tomar por culo, pedís un poder que ya teníais y no os sale de la minga utilizarle porque sois unos mediocres, y de paraíso después de la vida nada, porque ya tenéis bastante regalo con vuestro tiempo, pedazo de roñosos. Así que me vuelvo a mi siesta infinita y mirad a ver si de una puta vez pasáis de mí y os centráis en vosotros, que ya va siendo hora.